© SINCCuanto más parecido sea el estilo de vida del deportista moderno al de sus antepasados, las adaptaciones al entrenamiento serán mejores.
Un estilo de vida paleolítico, con ejercicio suave diario, esfuerzos periódicos intensos, poco carbohidrato e hipoxia, ayudaría a los deportistas modernos a mejorar sus adaptaciones al entrenamiento y aumentar el rendimiento. Es la conclusión de un trabajo de revisión en la revista
Sports Medicine.
Cada cuatro años, en los
juegos olímpicos participan unos 10.000 hombres y mujeres que dedican varios años al entrenamiento físico para lograr que su rendimiento sea el mejor posible en el momento de la competición.
Aunque cada atleta se prepara específicamente para las demandas fisiológicas de su prueba, todos tienen una característica en común: son
Homo sapiens. Es decir, comparten un genoma que es el resultado de la evolución y que escapa a su control individual.
Investigadores de la Universidad Católica de Brasilia (Brasil), la del País Vasco y la de A Coruña, junto con la investigadora independiente Laurinda Abreu, han publicado un artículo en la revista
Sports Medicine en el que afirman que cuanto más parecido sea el estilo de vida del
deportista moderno al de sus antepasados, las adaptaciones al entrenamiento serán mejores y, por lo tanto, el rendimiento también.
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