
Estudios recientes realizados en adultos revelan que los trastornos del sueño juegan un papel importante en los desajustes hormonales que predisponen a la obesidad y viceversa, que los obesos padecen más trastornos del sueño, como apnea y ronquidos, que quienes tienen un peso ideal. Ahora, investigadores del grupo de Santiago del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn), dependiente del Instituto Carlos III y que dirige Felipe F. Casanueva, certifica que una mala higiene del sueño en los niños condiciona la aparición de sobrepeso. Según Empar Lurbe, jefa de Pediatría del Hospital General de Valencia y perteneciente al grupo compostelano de investigadores, el sueño ha de tenerse en cuenta como uno de los factores, junto a la alimentación y el ejercicio, a la hora de abordar el problema de la obesidad infantil.
- ¿Está demostrada la relación directa entre trastornos del sueño y obesidad?
- Se puede decir que pueden facilitar la aparición de obesidad, aunque, como todo en medicina, no es taxativo. Hay estudios que ya relacionaban el riesgo de sufrir obesidad con los trastornos del sueño en adultos. Nosotros lo que hemos hecho es aplicar esto a la población pediátrica.