La sucralosa (conocida bajo las denominaciones de las marcas Splenda, Splenda Zero, Zero-Cal, Sukrana, Apriva, SucraPlus, Candys, Cukren y Nevella, por nombrar algunos ejemplos) fue aprobada en 1998 por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos como un endulzante de mesa y para su uso en productos como productos horneados, bebidas sin alcohol, chicle, postres congelados a base de leche, jugos de frutas y gelatinas.
También, se encuentra permitido como endulzante de uso general para todos los alimentos procesados.
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En la Unión Europea, la sucralosa es conocida bajo el código de aditivos E955. Sin embargo, este endulzante artificial, al igual que el aspartame, fue aprobado con base en pruebas de seguridad muy limitadas.
Los estudios publicados en los años posteriores a su introducción en el mercado confirman las sospechas iniciales, lo que demuestra que
en realidad no es una sustancia inerte, ya que puede acumularse en la grasa corporal, alterar el microbioma intestinal y causar un desorden metabólico, así como otras enfermedades relacionadas.
Comentario: El empuje vegano corporativo se perpetúa mano a mano con la demonización de la agricultura animal; sin embargo, todo esto se construye sobre un castillo de naipes. Aunque es frustrante ver este tipo de mentiras a diario, con la amenaza siempre presente de las disuasiones de la carne, la buena noticia es que se está corriendo la voz. Las élites van a tener un momento muy difícil si alguna vez deciden venir a por nuestra carne.
Vea también (en inglés):