En términos sencillos, la obesidad es producto de una salida de energía del cuerpo que es menor que su entrada de energía. Pero, en realidad, esta compleja y misteriosa enfermedad no tiene nada de simple.
La obesidad, que se ha disparado en las últimas décadas (ahora define la masa corporal de más del 40% de los estadounidenses adultos) no sólo es difícil de soportar para las personas y de entender para los científicos. También es increíblemente difícil de tratar.
Comentario: La obesidad para algunas personas seguramente es compleja, sin embargo también está claro que para la gran mayoría de las personas que luchan contra su peso, una dieta poco saludable es un factor importante. Y esto se debe a que la ciencia de lo que constituye una dieta saludable ha sido tan corrompida por la política y las grandes empresas que los profesionales de la salud están promoviendo lo contrario de lo que los seres humanos de todo el planeta han estado comiendo durante miles de años: La dieta mediterránea no es mediterránea (y tampoco es particularmente buena)
Más allá de comprometerse a cambios sostenidos en el estilo de vida (alimentación sana y ejercicio, efectivamente), en realidad sólo hay dos opciones potenciales que pueden ayudar: la cirugía bariátrica y los medicamentos para perder peso.
La primera es invasiva y conlleva diversos riesgos y complicaciones. En cuanto a los fármacos, no siempre funcionan, y además pueden tener sus propios efectos adversos.
Sin embargo, un tratamiento experimental probado recientemente por los científicos y detallado en un estudio publicado esta semana podría abrir nuevas puertas para tratar a los pacientes con obesidad con un medicamento para perder peso.
Comentario: Comentario: Hay que tener en cuenta que el estudio fue financiado por una empresa que vende el fármaco, lo que, como hemos visto en numerosas ocasiones, significa que los resultados deben ser tratados con cautela hasta que se realice un estudio independiente (si es que eso es posible hoy en día):