Traducido por el equipo de SOTT.netLa reunión del presidente Putin con un grupo de corresponsales de guerra rusos y blogueros de Telegram (entre ellos Filatov, Poddubny, Pegov de War Gonzo, Podolyaka, Gazdiev de RT) fue un extraordinario ejercicio de libertad de prensa.
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Entre ellos había periodistas seriamente independientes que pueden ser muy críticos con la forma en que el Kremlin y el Ministerio de Defensa están llevando a cabo lo que puede definirse alternativamente como una Operación Militar Especial; una operación antiterrorista; o una "casi guerra" (según algunos influyentes círculos empresariales de Moscú).
Es fascinante ver cómo estos periodistas patrióticos e independientes desempeñan ahora un papel similar al de los antiguos comisarios políticos de la URSS, todos ellos, a su manera, profundamente comprometidos en guiar a la sociedad rusa hacia el drenaje del pantano, lento pero seguro.
Está claro que Putin no sólo comprende su papel, sino que a veces, al estilo de los "golpes de efecto", el sistema que preside pone en práctica las sugerencias de los periodistas.
Como corresponsal extranjero que trabaja en todo el mundo desde hace casi 40 años, me ha impresionado bastante la forma en que los periodistas rusos pueden disfrutar de un grado de libertad inimaginable en la mayoría de las latitudes del Occidente colectivo.La transcripción de la reunión del Kremlin muestra que Putin no se anda con rodeos.
Admitió que hay "generales de opereta" en el Ejército; que escasean los drones, las municiones de precisión y los equipos de comunicación, algo que ya se está solucionando.
Discutió la legalidad de los trajes de los mercenarios; la necesidad de instalar tarde o temprano una "zona tampón" para proteger a los ciudadanos rusos de los bombardeos sistemáticos del régimen de Kiev; y
subrayó que Rusia no responderá al terrorismo inspirado por Bandera con terrorismo.
Tras examinar los intercambios, es imperativa una conclusión:
Los medios de comunicación de guerra rusos no están llevando a cabo una ofensiva, ni siquiera cuando el Occidente colectivo ataca a Rusia 24 horas al día, 7 días a la semana, con su enorme aparato mediático de ONGs y poder de seducción. Moscú no está (¿todavía?) en las trincheras de la guerra de la información; en la actualidad, los medios rusos sólo juegan a la defensiva.
Comentario: Que esto provenga de la Universidad de Chile no es ninguna sorpresa. Es una miserable colmena izquierdista de escoria y villanía. Todo vale allí, desde el apoyo al comunismo, al fascismo covidiano, al vegetarianismo, a las teorías de género, y por supuesto el apoyo a la pedofilia como consecuencia lógica. Si no hay diferencias biológicas entre un hombre y una mujer, menos las hay entre un adulto y un niño. Sus mentes están distorsionadas sin remedio, y nada bueno puede salir de esos lugares.