"De hecho, incluso cuando no hay un solo síntoma, una persona puede encontrarse en un estado de deficiencia de vitamina C más peligroso que el propio escorbuto. Cuando tal condición no se detecta y continúa sin corregirse, los dientes y los huesos se dañarán, y lo que puede ser aún más grave, el flujo sanguíneo se debilitará hasta el punto en que ya no puede resistir o combatir las infecciones que no se curan tan fácilmente como el escorbuto". -Food and Life Yearbook 1939, Departamento de Agricultura de EE. UU.La vitamina C ha sido uno de los suplementos favoritos desde antaño y por muy buenas razones. No hace mucho tiempo recuperó su popularidad como protector del ADN contra el daño de radicales libres en trabajadores con exposición a radiación severa en la planta nuclear de Fukushima. Aquellos trabajadores que se suplementaron con vitamina C, no tuvieron cambios significativos en su ADN.
La vitamina C también ayuda a fabricar colágeno, vital para la salud de todos nuestros tejidos y la reparación de vasos sanguíneos, dientes, articulaciones y huesos. También contribuye a la normalización de la tensión arterial, a detener la progresión de enfermedades degenerativas y prevenir el envejecimiento prematuro. Es vital para que nuestro sistema inmunológico pueda combatir virus, bacterias y otros microbios. La vitamina C también es importante en la síntesis de neurotransmisores cruciales para un buen estado de ánimo, como lo es la serotonina.