Ya han pasado dieciséis años desde que Estados Unidos inició sus operaciones militares en Afganistán y el país permanece en un desastre tan profundo como siempre. Desde el inicio de 2017 hasta finales de octubre, EEUU dejó caer 3.554 bombas en contra de los talibanes, lo que representa un incremento de tres veces en comparación con 2016 y casi cuatro veces la cantidad de 2015.
© AP Photo / Lefteris Pitarakis
A pesar de toda la evidencia de lo contrario, el general del Ejército de EEUU John Nicholson, comandante de la misión de EEUU y la OTAN en Afganistán, insiste en que la nueva estrategia de EEUU
realmente está funcionando en esta ocasión, los "talibanes no pueden ganar", la guerra "ha dado un giro" y gracias a EEUU, las fuerzas afganas están "en camino a la victoria". Si usted piensa que este optimismo está justificado, necesita saber que ésta no es la primera vez que se ha hecho esta declaración. Muy al contrario. El ejército de EEUU
ha estado diciendo exactamente esto desde al menos 2004 y aun así las bombas continúan cayendo. Compárelo con la
eficiente labor de Rusia en Siria, le tomó sólo dos años para limpiar el país del Estado Islámico (EI). ¿La diferencia tendrá que ver con la voluntad o la capacidad para completar la tarea?
Mientras tanto, las tropas, policía y oficiales afganos, que tienen el respaldo de EEUU,
abusan sexualmente de niños con regularidad y sus amigos estadounidenses hacen de la vista gorda; hay un
incremento en la producción de opio que alimenta el crimen organizado en Asia y Europa; los
ataques suicidas rutinariamente hacen blanco de soldados afganos; y los
ataques aéreos de EEUU aterrorizan, hieren y asesinan civiles afganos.
Comentario: Los artículos que recomienda el autor están todos en inglés, pero puedes seguir informándote sobre este asunto en los siguientes enlaces en español: