Dado que el próximo referéndum constitucional turco se llevará a cabo el 16 de abril de 2017 (el cual permitiría más poder presidencial para Erdogan y sus sucesores si se alcanza la mayoría de los votos a favor), Fatma Betül Sayan Kaya, ministro turco de la Familia y Políticas Sociales, y Mevlüt Cavusoglu, Ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, planearon visitar los Países Bajos para obtener el apoyo de los ciudadanos holandeses de nacionalidad turca para el referéndum.
© ANPPresidente de Turquía, Erdogan, con el Primer Ministro holandés, Rutte.
El político holandés de extrema derecha y anti-islámico, Geert Wilders, fue uno de los primeros en
pedir de inmediato un debate político sobre las próximas visitas, en un esfuerzo por llegar a un consenso para evitar que se produzcan. Poco después, el Primer Ministro holandés, Mark Rutte, con el pleno apoyo de la Cámara de Representantes, decidió prohibir la visita a Sayan Kaya y al ministro turco de Asuntos Exteriores, Cavusoglu,
supuestamente debido al
"peligro para el orden público y por razones de seguridad". Curiosamente, esta decisión
realmente desencadenó el caos en las calles.
Además, una semana antes, Rutte
escribió en su página de Facebook que
"el espacio público holandés no es el lugar para llevar a cabo la campaña política de otro país". Sin embargo, cuando los políticos holandeses (incluyendo a
Han ten Broeke, miembro del propio partido político de Rutte),
"llevan a cabo la campaña política de su país" en el Reino Unido, aparentemente se considera completamente normal.
A pesar de la falta de hospitalidad holandesa, Sayan Kaya decidió ir a Holanda y llegó a la ciudad de Rotterdam en la noche del sábado 11 de marzo, pero fue "escoltado" por agentes de policía a Alemania, donde tomó un avión de regreso a Turquía. Cavusoglu, por su parte, llegó a la ciudad francesa de Metz, donde dará su charla, luego de que su plan inicial para hablar en Rotterdam se frustró debido a que sus derechos de aterrizaje fueron revocados.
Los Países Bajos se han unido a otras tres naciones que han prohibido reuniones similares de funcionarios turcos: Austria, Suiza y Alemania. Estas acciones claramente amplían la agenda para alejar a Erdogan de las naciones de la UE, como una respuesta a sus esfuerzos por fortalecer la relación de Turquía con Rusia, el principal enemigo del "Estado Profundo" de los Estados Unidos y, por lo tanto, de la Unión Europea.
Comentario: