Traducido por el equipo de Sott.net en español
Desde que Estados Unidos mató al general iraní Qassem Soleimani y al líder de la milicia iraquí Abu Mahdi al-Muhandis a principios de este mes, la narrativa oficial ha sostenido que sus muertes fueron necesarias para prevenir una vaga, aunque supuestamente inminente, amenaza de violencia hacia los estadounidenses, aunque el presidente Trump ha afirmado desde entonces que si Soleimani o sus aliados iraquíes representaban una amenaza inminente "realmente no importa".
© Claudio Cabrera / MintPress NewsPrimer ministro irakí Adel Abdul-Mahdi
Aunque la situación entre Irán, Irak y Estados Unidos parece haber desescalado sustancialmente, al menos por ahora, vale la pena volver a revisar los antecedentes de las recientes tensiones entre Estados Unidos, Irak e Irán hasta el asesinato de Soleimani y Abu Mahdi al-Muhandis ordenado por Trump para comprender
uno de los motivos más ignorados pero relevantes detrás de la actual política de Trump con respecto a Irak: impedir que China amplíe su presencia en Oriente Medio. De hecho, se ha alegado que incluso el momento del asesinato de Soleimani estuvo directamente relacionado con su papel diplomático en Irak y su impulso para ayudar a Irak a asegurar su independencia petrolera, empezando por la implementación de un nuevo acuerdo petrolero masivo con China.
Mientras que la
reciente retórica en los medios se
ha centrado en el alcance de la influencia de Irán en Irak, los recientes acuerdos de China con Irak, particularmente en su sector petrolero, son la razón de mucho de lo que ha sucedido en Irak en los últimos meses; al menos según el primer ministro de Irak Adel Abdul-Mahdi, quien actualmente está desempeñando un papel de interino.
Comentario: Amen