OF THE
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"Te ayudamos a ponértelo, no te preocupes". "No me preocupo... A ver. Espera, creo que se pondrá así pero no es de mi talla".Es viernes y el médico de medicina intensiva del hospital madrileño La Paz, B.C, cuenta cómo esta mañana se ha enfundado en un traje amarillo rodeado de 10 compañeros en un despacho del hospital madrileño. Dentro de tres horas irá al hospital Carlos III a cuidar a la auxiliar de enfermería contagiada de ébola, Teresa Romero, y vigilar los casos sospechosos. Nunca se ha puesto un traje antes y quien le ayuda a ponérselo - la parte más fácil pues está acompañado, el pánico llega cuando tienen que quitárselo solo en un par de metros cuadrados - es una médico, E. F, que ya se ha vestido varias veces para tratar a los pacientes infectados de Ébola en el centro madrileño.
"Es como si estuvieses en el mar, sensación de buceo, tienes que guardar la calma, controlar la mente". Sudando sin parar, tiene empañadas las gafas, contesta con una risa nerviosa: "¿Bucear? ¡Esto es un infierno! Necesito otra talla... una XXXL."
Comentario: Y si es así, sin más información, en la ciudad de Nueva York, con lo poblada y movida que es esta ciudad, podría desatar una tragedia.