- Investigadores españoles trabajan en un fármaco que lo ha logrado en ratones.
- Han podido bloquear la actividad de una parte de la corteza cerebral, consiguiendo así que el animal borre el recuerdo que activo en un momento dado.
- Buscan una sustancia química que lo consiga sin modificaciones genéticas.


Mapa del cerebro
© ArchivoMapa del cerebro
¿Quién no querría borrar los malos recuerdos? Casi todos lo hemos deseado en algún momento. La ciencia va conociendo cada vez más secretos de esa máquina única que es el cerebro. Entre otras muchas posibilidades que están naciendo está de la eliminar los malos recuerdos, las experiencias traumáticas.

En ello trabajan científicos de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, que tratan de dar con un fármaco que permita eliminar recuerdos, un avance científico que ya han logrado en ratones de laboratorio modificados genéticamente.

El grupo de investigación en neurociencias ha logrado bloquear la actividad de una parte de la corteza cerebral, anulando el denominado "giro dentado", consiguiendo así que el animal borre el recuerdo que está activo en un momento determinado.

El aprendizaje concreto que se indujo en los ratones fue que cerraran los párpados ante un soplo de aire. En concreto, los científicos hicieron que los ratones, ante una señal acústica que advertía de la llegada del viento, aprendieran a cerrar los ojos con antelación para evitar las molestias.

La modificación genética previa posibilitó que al activar una proteína concreta en la zona cerebral que recoge y procesa los recuerdos recientes, los ratones olvidaran lo aprendido, obligándoles a tener que volver a seguir el mismo proceso para aprenderlo de nuevo.

Lograrlo en humanos

Según José María Delgado, director del equipo de investigadores, "estamos buscando algo más simple, una sustancia química que permita hacer lo mismo" sin necesidad de modificaciones genéticas.

El científico precisa que, más que una cadena corta de proteínas, que no se pueden ingerir en formato de pastilla porque se deterioran en el tubo digestivo, el objetivo pasa por dar con una "molécula mucho más pequeña" que produzca el mismo efecto.

La investigación, que ha sido expuesta en el Congreso en el VIII Congreso de la Federación de Sociedades Europeas de Neurociencias, está pendiente de revisión en la revista Nature Neuroscience para una eventual publicación.