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A los 16 años de edad, Kristyn de Carolina del sur, era una chica feliz y saludable, hasta que recibió la "vacuna contra el VPH" Gardasil, fabricada por laboratorios Merck.

"Fue nuestra médica de confianza quien insistió para que vacunáramos a nuestra hija", relata su madre, "y empezó a pedirlo durante una visita de rutina". La doctora aconsejó a la familia de Kristyn que la niña fuera vacunada con el peligroso fármaco de Merck, actualmente obligatorio en la Argentina para todas las niñas de 11 años. "Ella dijo que era lo mejor para nuestra hija, subrayando que no habría efectos secundarios adversos y diciendo que Gardasil prevendría la aparición de numerosas enfermedades", "(...) incluyendo cáncer cervical y verrugas genitales (...)".

Casi inmediatamente después de recibir las dos primeras vacunas la joven comenzó a experimentar una larga serie de padecimientos.

Su madre explica que "los síntomas del Kristyn incluyen dolor de espalda, adormecimiento de las piernas y el brazo izquierdo, dolores de cabeza, presión detrás de los ojos, dolor de cuello, taquicardia, dolores en el pecho, dolores de estómago, dificultad para respirar, debilidad, mareos, hormigueo en el brazo izquierdo y ambas piernas, y movimientos involuntarios espasmódicos en sus extremidades". Preocupada por esta situación, su familia la llevó a varios médicos, incluyendo visitas a la sala de emergencias del Mary Black Hospital, Spartanburg, SC.

En el establecimiento de Salud la niña fue sometida a todo tipo de pruebas, incluyendo una tomografía computarizada. "Nos dijeron que se veía normal", señala su madre. "Y debo añadir que junto a Gardasil mi hija recibió la vacuna Menactra (meningitis)".

Dato: Investigadores independientes establecieron una comparación entre Gardasil y Menactra por considerarlas equivalentes dado que ambas vacunas se administran a los mismos grupos de edades y en frecuencias similares. Un estudio concluyó que Gardasil se asocia 2 veces más que Menactra con emergencias medicas, 4 veces más con muertes, cinco veces más ataques con cardíacos y siete veces más con discapacidad. Todos los casos de coágulos sanguíneos y ataques al corazón asociados con Gardasil (VPH) se produjeron cuando el paciente recibió sólo esa vacuna y no en combinación con otros fármacos.

Kristyn Allen continuó teniendo problemas. "Fue luego de la segunda inyección cuando supe que los síntomas de mi hija eran producto de la vacuna Gardasil", explica la madre, "y que otras chicas inoculadas también los sufrían". "Inmediatamente comencé a investigar y la culpa fue abrumadora. Mi hija que alguna vez había sido una niña feliz y saludable de 16 años estaba ahora gravemente enferma". La familia de Kristyn contempla con tristeza que la niña debió abandonar sus estudios en el colegio. "Aún hoy padece una serie interminable de problemas", explican.

La joven enfermo por culpa de Gardasil, pero el problema no terminó allí. Dos semanas más tarde, Kristyn advirtió que estaba embarazada. "Ahora, no sólo debemos lidiar con las espantosas secuelas de esta vacuna horrible", explica su madre, "la vida del bebé está en peligro".

"Esta vacuna cambió por completo nuestras vidas. Mi hija tiene miedo cada día que pasa temiendo morir". "Merck debería avergonzarse", exclama la madre de Kristyn, "Nuestras hijas son no conejillos de Indias para las grandes empresas farmacéuticas".