Bank of America
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El Departamento de Justicia de los EEUU exige a la entidad y a su predecesora Countrywide el pago de más de US$ 1.000 millones por vender préstamos basura entre 2007 y 2009.

Washington acusa a Bank of America, el segundo más grande de Estados Unidos, de haber fabricado activos financieros tóxicos con préstamos de baja calidad para vivienda que luego quedaron impagos y provocaron la quiebra de las agencias hipotecarias semipúblicas Fannie Mae y Freddie Mac.

El fiscal federal de Manhattan, Preet Bharara, sostiene que la venta de estas hipotecas basura han provocado más de 1.000 millones de dólares de pérdidas, que el Estado de EEUU reclama ahora al banco.

"Tras el colapso del mercado de préstamos subprime en 2007, Countrywide comenzó un programa fraudulento de otorgamiento de hipotecas llamado Hustle, diseñado para vender préstamos defectuosos a Fannie Mae y Freddie Mac", dos organismos semipúblicos que absorbieron esos títulos durante la crisis, indicó un comunicado de la Fiscalía. "Bank of America continuó con el plan tras adquirir Countrywide en 2008", agrega el texto, al referirse a la responsabilidad de la entidad bancaria.

"Por sexta vez en 18 meses, esta oficina se ha visto en la obligación de demandar a un gran banco de Estados Unidos por sus imprudentes prácticas hipotecarias en el momento previo a la crisis financiera", dijo el fiscal Bharara.

Las autoridades estadounidenses iniciaron, este año, una nueva ofensiva para tratar de que los bancos paguen por sus abusos en la venta de títulos vinculados a préstamos hipotecarios de riesgo, responsables de la crisis financiera de 2008.

El presidente estadounidense Barack Obama formó, en enero, un grupo de trabajo sobre esta cuestión, el RMBS según sus siglas en inglés, en nombre del cual el responsable de Justicia del Estado de Nueva York, Eric Schneidermann, presentó a principios de octubre una denuncia contra otro gran banco, JPMorgan Chase.

En ese caso, la demanda se refería a las actividades del ex banco de inversión global Bear Stearns, que JPMorgan Chase adquirió en marzo de 2008 y que está acusado de vender títulos adosados a paquetes de hipotecas, engañando a los inversionistas sobre la calidad de estos préstamos, que incluían deudores de hogares insolventes.

En ese momento, las autoridades no dieron cifras sobre el monto que esperaban recuperar, aunque las pérdidas generadas por esos productos fueron estimadas en US$ 22.500 millones.