El volcán que entró en erupción el pasado 27 de noviembre en el Lejano Oriente de Rusia ha expulsado una nueva columna de cenizas de hasta 4 kilómetros de altura. Las autoridades han advertido a los residentes locales que no visiten esta región próximamente. Los ríos de lava del volcán han arrasado los últimos días una serie de edificios ubicados a una distancia de diez kilómetros sin causar víctimas. Hace 36 años que se produjo la última erupción del volcán.