WTS-1 b
© DICYTExoplaneta WTS-1 b.
Un equipo internacional compuesto, entre otras instituciones, por el Centro de Astrobiología y el Instituto de Astrofísica de Canarias, ambos en España, ha descubierto este exoplaneta gaseoso notablemente más grande de lo que cabría esperar.

Día a día las técnicas para buscar nuevos planetas en torno a otras estrellas van mejorando y ya no resulta sorprendente que se descubra un nuevo exoplaneta. Pero el nuevo planeta bautizado como WTS-1 b es diferente. Los modelos actuales para la formación de planetas gaseosos pueden predecir el tamaño que debería tener un planeta, pero este gigante gaseoso descubierto por un equipo internacional de investigadores del que forman parte varios científicos españoles ha resultado ser un 25 por ciento más grande de lo que cabría esperar.

Para descubrir este planeta los científicos usaron el telescopio UKIRT (Telescopio Infrarrojo del Reino Unido), situado en Hawaii. Se usó el método del tránsito -consistente en observar la luz de las estrellas esperando que un exoplaneta eclipse su estrella y su brillo descienda- para detectar candidatos a nuevos exoplanetas, y después se usaron técnicas espectrométricas -se descompuso la luz de la estrella para su análisis- para confirmar la existencia de este nuevo planeta de tipo «Júpiter caliente» y estudiar las características de la estrella.

El estudio de la estrella se llevó a cabo con VOSA, una herramienta desarrollada por el CAB (Centro de Astrobiología) en el marco del Observatorio Virtual Español (SVO) que permite analizar datos astronómicos. Así ha sido posible identificar que la atmósfera de esta estrella tiene una composición parecida a la de nuestro sol, y que su tamaño y temperatura es superior.

Los planetas de tipo "Júpiter caliente" están compuestos por gases, por eso es predecible que a medida que pasa el tiempo y el planeta se enfría su tamaño tienda a ser menor. Sabiendo que la masa de WTS-1 b es 4 veces la del planeta Júpiter, los científicos estiman que su radio debería ser un 20 por ciento superior al de Júpiter, y sin embargo las observaciones apuntan a que su radio es un 50 por ciento superior al de Júpiter.

"Es un claro ejemplo de la coordinación internacional y de la necesidad de indagar diferentes ambientes exoplanetarios", asegura David Barrado, coordinador del proyecto en el CAB.