Hoy en día el desahucio es la primera causa de muerte no natural en España. Cada día diez personas se suicidan. Las estadísticas no incluyen los motivos. Y clínicamente no se puede establecer una razón única.

José Miguel, Amaia, Francisco, Victoria, Ricardo, Juan... Nombres propios ligados trágicamente a la crisis. Su muerte se relaciona con su desahucio. Se suicidaron antes, durante o después de que se ejecutara la orden. Padecían un sufrimiento extremo.

En los suicidios influyen, dicen los expertos, multitud de factores: la salud mental, fundamentalmente, las enfermedades crónicas y dolorosas, las tragedias vitales o el aislamiento. A los que han venido a sumarse situaciones económicas críticas.

"La conducta suicida es multifactorial y polivalente, entonces no se puede simplificar, lo que sí es verdad es que el paro y los desahucios, la situación económica, es un factor estresor, entonces en personas vulnerables pueden precipitar ese tipo de conductas como la única solución que tienen. Y se da más en situaciones de paro prolongado crónico", opina el psiquiatra Alejandro Rocamora.

Agravadas por la culpa, cuentan, de no poder pagar por la amenaza de acarrear la deuda para siempre. "Vienen arrastrado una situación de desempleo de ingresos muy bajos, la gente llega cada vez más destrozada. Han conseguido culpabilizar a la víctima y que vengan con esa sensación de culpa, además de la presión que ejerce el banco con llamadas telefónicas, con cartas, amenazas 'no vas a poder tener nunca nada', 'te voy a perseguir el resto de tu vida'", dice José María Ruiz, de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH).

La crisis afecta la salud mental

Vidas en las que el apoyo profesional es tan imprescindible, como insuficiente. La mayoría de suicidios se pueden prevenir. No todos. Pero la atención psicológica y psiquiátrica especializada enfrenta el mismo problema.

"Debería recurrir a salud mental y ahí es donde afecta la crisis económica. La sanidad se está privatizando y la gente que no tiene recursos económicos no puede pagarse la salud mental. Está saturada, tú tienes un problema de pareja o económico y no te atienden; o tienes un trastorno de esquizofrenia o bipolar o límite de la personalidad, si no, no te atienden, es que no dan abasto", explica Javier Jiménez, presidente de la Asociación de Prevención e Intervención del Suicidio.

De la mano de la crisis, los suicidios, ignorados por los medios normalmente, comienzan a ocupar portadas.

"Tenemos la sensación de haber fracasado, de no haber llegado a tiempo de agarrar de la mano a esa persona, a esa familia y sacarla adelante, y cuando es un caso como el del otro día de Fran que además era compañero de la plataforma, pues tienes esa sensación de fracaso absoluto", confiesa Ruiz.

Justo después de conocerse estas muertes se admite a trámite, en el último momento, la iniciativa popular sobre desahucios.

El dolor del supervivente

"Es bueno darle visibilidad al suicidio porque puede ayudar a evitar y a prevenir otros suicidios. También puede amortiguar el dolor de los supervivientes", dice Juan Carlos Pérez Jiménez, sociólogo y autor del libro 'La mirada del suicida'. Es que el tabú amplifica el dolor. Lo sabe bien, él es un superviviente. Su padre se suicidó. Cada suicidio deja de media seis personas afectadas directamente.

"El duelo para un superviviente es extremadamente complejo porque se suman factores: la rabia, la tristeza, la culpabilidad y, en el caso del desahucio, a la ruina económica, a la pérdida del hogar se suma la pérdida de un ser querido, eso lo convierte además en especialmente complicado de aceptar", continúa Jiménez.

Para la mujer de Francisco, la madre de Victoria o la hija de Juan... Víctimas de una muerte violenta que señala a la falta de protección social y con consecuencias postraumáticas graves.