Al Sol le ha costado empezar 2013, pero en las últimas horas parece haber decidido hacer valer el hecho de que esté cerca del máximo de actividad del actual ciclo solar y ha lanzado tres erupciones solares de la categoría X.

En concreto han sido producidas por la región activa 1748, que estaba justo detrás del borde del Sol cuando empezó a largar estas erupciones pero que ahora empieza a ser visible a causa de la rotación de este.

Las tres erupciones han alcanzado las categorías X1.7, X2.8 y X 3.23 y se calcula que hay un 40% de posibilidades de que en las próximas 24 horas se produzca alguna otra.

Efectos sobre la Tierra

Por convención, la categoría de las erupciones se mide por el pico de la cantidad de rayos X de entre 100 y 800 picómetros de longitud de onda, medidos en vatios por metro cuadrado, captados por los satélites GOES, que orbitan la Tierra a 35.800 kilómetros de esta.

Estas categorías son, de menor a mayor, A, B, C, M y X, con una graduación de 1 a 9 en cada una de ellas. Dentro de cada clase el aumento es lineal, de modo que una erupción M9 es nueve veces más potente que una M1. Pero entre clases cada una es 10 veces más potente que la anterior, de modo que una X2 por ejemplo y es cuatro veces más más potente que una M5.

Tanto las de categoría M como las de categoría X pueden causar efectos perceptibles en la Tierra y en el espacio que la rodea, como son las auroras, que se ven en latitudes tanto más bajas cuanto más potente sea el efecto de la erupción solar, problemas en las comunicaciones por radio, y fallos intermitentes o definitivos en la electrónica de los satélites artificiales y naves espaciales.

Estas tres erupciones han estado además acompañadas de eyecciones de masa coronal, que son más problemáticas que las erupciones en sí porque están formadas por partículas enormemente energéticas que son capaces de llegar al nivel del suelo en nuestro planeta y causar problemas en las redes eléctricas.

Tranquilidad

En cualquier caso, ninguna de las tres erupciones en cuestión ni sus eyecciones de masa asociadas apuntan a ningún planeta, aunque parece que sí podrían alcanzar los observatorios Epoxi y Spitzer de la NASA sobre el día 15.

Pero basta con saberlo para que la NASA pueda tomar medidas para que el impacto de estas partículas cause los menores efectos posibles. Lo mismo sucede cuando una erupción solar o una eyección de masa coronal apuntan hacia la Tierra.

Tampoco hay que olvidar, de todos modos, que hemos vivido durante miles de años en la Tierra sin tener tan siquiera idea de que estos fenómenos existían y que aún así seguimos aquí. Por otro lado, estas tampoco son las más fuertes que ha producido el presente ciclo solar.