Si un usuario tiene el teléfono móvil encendido, los agentes de servicios especiales de EE.UU. pueden solicitar sin previo aviso sus datos privados y su localización, según un juez estadounidense.
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El juez de Nueva York Gary Brown ha fallado a favor del Departamento Estadounidense Antidroga (DEA, por sus siglas en inglés), que quería solicitar a la compañía telefónica que esta le proporcionara datos de seguimiento del móvil de un médico sospechoso de recibir sobornos a cambio de recetar ciertos medicamentos.

Una persona no "debería esperar" que se respete su privacidad del uso del móvil si esta privacidad "no se ha protegido apagando el aparato", según concluyó el juez. Añadió que prácticamente todas las tecnologías de rastreo pueden neutralizarse "simplemente apagando el teléfono" y que si una persona lo deja encendido es porque "quiere que su móvil esté localizable para recibir llamadas".

La Unión Americana para las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) criticó las palabras del juez y considera que su decisión es "ridícula". "Hay una gran diferencia entre compartir información sobre tu ubicación conscientemente con un grupo de amigos o con todo el mundo, y que alguien recopile información sobre ti sin que tú lo sepas", opina Chris Soghoian, analista de la ACLU.

Ilustró su opinión con un ejemplo. Una persona puede compartir tranquilamente su localización a través de la aplicación Foursquare de su teléfono cuando va a algún festival de música. Pero el mismo usuario probablemente ya no querrá revelar a todo el mundo que al día siguiente ha ido a una reunión de Alcohólicos Anónimos.