Mujer leyendo sorrpendida
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Tu cerebro sí responde a los errores gramaticales aunque tu no los notes.

De acuerdo con un nuevo estudio realizado por la Universidad de Oregón, nuestros cerebros están programados para detectar y procesar errores gramaticales de forma automática sin que nos demos cuenta de ello.

Estudios previos concluyen que nuestros cerebros se comportan de esta manera; pero ahora, los especialistas ya cuentan con evidencia al respecto.

Los científicos realizaron un estudio a voluntarios angloparlantes entre 18 y 30 años de edad, a quienes les aplicaron electroencefalogramas para registrar cambios en su actividad cerebral, mientras se les presentaban oraciones cortas, y de las cuales podían leer una palabra a la vez.

El cambio en las señales del cerebro se denomina Potencial de Relación de Evento (PRE). A los participantes se les dieron 280 oraciones, algunas de las cuales tenían errores gramaticales y de sintaxis.

Por ejemplo, "Bebimos el brandy de Elisa, junto a la chimenea del lobby" y "Bebimos el de brandy de Elisa junto chimenea del lobby."

Mientras aparecía la oración, un sonido de 50 milisegundos de audio se tocaba en algún momento. Esto podía ser antes o después de un error gramatical, o en un punto aleatorio durante una oración correcta.

De acuerdo con la investigadora Laura Batterrink, este método comprueba si la atención de los individuos funcionaba mientras el cerebro procesa los errores gramaticales.

Lo participantes tenían que detectar y responder al sonido tan rápido como podían, e indicar si su volumen era bajo, mediano o alto.
Las faltas gramaticales eran evidentes, pero como tenían que completar la tarea extra de los sonidos, los participantes muchas veces no notaron los errores", señaló la especialista.
Leían la oración y debían indicar si era correcta o incorrecta. Si el sonido se aparecía inmediatamente antes del error gramatical, tendían a decir que la oración era correcta, aunque no lo fuera. Por el contrario, si el sonido aparecía después de los errores, los participantes detectaban el 89% de éstos.

Cuando los individuos detectaban correctamente los errores en una oración, los investigadores descubrieron lo que se conoce como efecto P6OO, el cual es una respuesta del tipo PRE en la que se reconoce el error y se corrige automáticamente para que la oración tenga sentido.

Cuando los sonidos aparecían antes de los errores gramaticales, los individuos detectaron sólo 51% de ellos.

La coautora del estudio Helen J. Neville dijo que cuando el sonido aparecía antes del error, se creaba un vínculo en la atención de los participantes. La clave de la atención consciente se basa en si la persona se da o no cuenta del error. Y los sonidos le dificultan esta habilidad a los voluntarios. No obstante, cuando los participantes se daban cuenta del error, sus cerebros respondían y generaban una señal negativa de PRE.

Los errores indetectables también retrasaban las reacciones de los participantes a los sonidos.

De acuerdo con Batterrink: "Aún cuando no estamos atentos a un error sintáctico, nuestro cerebro reacciona y los percibe."
Mientras que otros aspectos del lenguaje, como la semántica o la fonología, se pueden procesar implícitamente, los datos recientes son la primera evidencia directa de que los mecanismos implícitos juegan un papel en el procesamiento de la sintaxis, que es el cuerpo computacional del lenguaje", agregó.
Neville subraya que estos resultados sugieren que puede ser tiempo de reconsiderar las estrategias de enseñanza, especialmente en la manera en la que los adultos aprenden un segundo idioma.

Los niños, generalmente aprenden las reglas gramaticales en interacciones rutinarias con sus padres o compañeros, simplemente escuchan y procesan nuevas palabras y su uso, antes de cualquier instrucción formal.

La investigadora pone de ejemplo el libro de Lewis Carroll, Alicia a través del espejo, en donde la protagonista encuentra un libro con un lenguaje irreconocible que resulta haber sido escrito al revés y se puede leer a través de un espejo.

Con respecto a los adultos que aprenden un segundo idioma, Neville dice: "Hay que enseñarles las reglas de sintaxis sin darles ninguna regla gramatical, como si fueran niños."

Esta investigación fue publicada en el Journal of Neuroscience y fue financiada por el Instituto Nacional de Sordera y otros Desórdenes Comunicativos y los Institutos Nacionales de Salud.