Comentario: Como complemento a este artículo los invitamos a la lectura de:
Ponerología Política: Una Ciencia de La Naturaleza del pal ajustada a propósitos políticos


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Seguramente han escuchado aquí y allá esa creencia de los seguidores del New Age que afirma que los pensamientos tienen un efecto sobre el mundo que nos rodea. Dicen estos individuos que el optimismo, los pensamientos positivos y en general todas las ideas lindas y agradables transformarán nuestras vidas en el feliz cuento de hadas que siempre hemos querido. Salud, amor y dinero a nuestro alcance, según los tecno-gurus-empresariales de la Nueva Era. "Tú creas tu propia realidad", dicen. Y quizás es cierto que nuestros puntos de vista, decisiones y acciones moldean nuestras vidas, pero de un modo muy diferente a como lo sugieren los New Ages. Como comentábamos, la "fórmula", si es que se puede hablar de una, parece ser más bien la siguiente: Un observador objetivo tiende a traer orden al sistema; un observador subjetivo tiende a traer caos.

No es muy difícil darse cuenta, entonces, de que la actitud de la Nueva Era de querer cambiar nuestro entorno por medio del poder de nuestros pensamientos resulta en consecuencias destructivas, mientras que aceptar la vida tal y como es abre las puertas a la creatividad. No hace falta haber estudiado física cuántica para entenderlo; se trata realmente de un asunto de sentido común. ¿Cómo vamos a cambiar la negatividad de nuestras vidas, internas o externas, si primero no reconocemos la negatividad misma? (Cabe notar, sin embargo, que un pesimismo exagerado también traerá caos al sistema, porque también será subjetivo. Aunque a decir verdad, hay muchas más razones para ser pesimistas en el mundo que optimistas. (Hojeen cualquier periódico.) El punto es respetar y aceptar la realidad misma como punto de partida de acción. Objetividad y verdad, esa es la base para la creatividad.

Ahora, en el colmo de la arrogancia imperialista, consideren lo que opinan en la Casa Blanca acerca de la realidad, para entender por qué hay tanto caos en nuestro sistema-mundo. Chris Floyd escribe en The Moscow Times:
Ahora llegamos finalmente al corazón de la oscuridad. Ahora sabemos, por sus propias palabras, que el Régimen Bush es un culto - un culto cuyo dios es el Poder, cuyos adherentes creen que sólo ellos controlan la realidad, que en efecto recrean el mundo con cada acto de su voluntad de hierro. Y la meta de esta voluntad - sustentada por las virtudes supremas del culto: la guerra, la furia y la fe ciega - también se declara abiertamente: "Imperio".

¿Creen que es una exageración? Entonces escuchen las palabras de la Casa Blanca misma: un "consejero senior" del presidente que, según reporta el New York Times, explicó el culto al autor Ron Suskind en los impetuosos días antes de la guerra del 2002.

Primero, el miembro del equipo de Bush de alto rango se burló de los periodistas y de todos aquéllos "en lo que llamamos la comunidad basada en la realidad", o sea, la gente que "cree que las soluciones emergen de su juicioso estudio de la realidad discernible". Los intentos de Suskind de defender los principios de la razón y el buen entendimiento no tuvieron efecto con el hombre-Bush. "Ese ya no es el modo como funciona el mundo. Ahora somos un imperio, y cuando actuamos, creamos nuestra propia realidad", dijo. "Y mientras ustedes están estudiando esa realidad, nosotros actuaremos otra vez, creando nuevas realidades, que ustedes también pueden estudiar, y así es como ocurrirán las cosas. Nosotros somos los actores de la historia... y ustedes, todos ustedes, quedarán para estudiar lo que hacemos".

Cualquiera con algún conocimiento acerca de la historia del siglo 20 sabrá que esta misma erupción de megalomanía pudo haber sido hecha por un "consejero senior" de Hitler, Stalin, Mussolini o Mao. En efecto, como señala el académico Juan Cole, el dogma del Culto Bush es idéntico a la declaración de "creando la realidad" del "Pequeño Libro Rojo" de Mao: "Es posible alcanzar la meta que sea". Para Bush, igual que para Mao, la "realidad discernible" no tiene significado: La verdad política, cultural, económica - incluso los procesos fundamentales de la naturaleza, incluso la naturaleza humana misma - deben dar paso a las declaraciones de fe de la ideología, despiadadamente aplicadas por fanáticos inflexibles.
Así es el mundo de Bush y compañía: la guerra es la paz, la mentira es la verdad. Pero para ellos no importa la contradicción, porque ellos "crean" su propia realidad, lo que quiere decir que tienen el poder político, el dinero y las armas suficientes para imponer sus delirios sobre el resto del planeta. Un observador tan subjetivo que ha perdido todo sentido de la realidad (y acaso todo vestigio de salud mental), provocando con su arrogancia y sus creencias absurdas un gran caos al sistema. Eso es Bush.