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Las predicciones de que en 2013 podríamos ver un aumento en la actividad solar y que las tormentas geomagnéticas perturbarían las redes eléctricas y los sistemas de comunicación han demostrado ser una falsa alarma. En cambio, el pico en el ciclo solar actual es el más débil desde hace un siglo.

La disminución de la actividad solar actual ha llevado a comparaciones polémicas con el Mínimo de Maunder, que ocurrió entre 1645 y 1715, cuando una prolongada ausencia de manchas solares y otros indicadores de actividad solar coincidieron con el periodo más frío en el último milenio.

Las comparaciones han provocado un estresante intercambio de opiniones entre los observadores que creen que el planeta podría estar al borde de otro período de enfriamiento y los científicos insisten que no hay ninguna evidencia de que las temperaturas están a punto de caer.

La revista New Scientist criticó a los que predijeron una mini edad de hielo, abriendo un artículo reciente sobre la sorprendente falta de manchas solares este año con la atrevida declaración:
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El mínimo de Maunder en una historia de 400 años del número de manchas solares.
"Aquellos que esperan que el sol podría salvarnos del cambio climático parece que van a decepcionar".

"La reciente suspensión de la actividad solar no es el comienzo de una décadas de ausencia de manchas solares, que podría haber enfriado el clima. Representa una desaceleración más corta y menos pronunciada que ocurre cada siglo más o menos"
El número inusualmente bajo de manchas solares en los últimos años "no es un indicador de que vamos en un mínimo de Maunder", según Giuliana DeToma, una científico solar en el High Altitude Observator en Colorado. Pero DeToma admitió:
"No sabemos cómo ni por qué comenzó el mínimo Maunder, así que no podemos predecir cuando será la próxima vez."
Muchos expertos solares creen que la recesión solar se vincula un fenómeno diferente, el ciclo de Gleissberg, que prevé un período de actividad solar más débil cada siglo. Si esto resulta ser cierto, el sol podría continuar inusualmente tranquilo hasta mediados de la década del año 2020. Pero puesto que los científicos aún no entienden por qué el ciclo de Gleissberg ocurre, esta evidencia no es concluyente.
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El ciclo de Gleissberg (línea rosa de la gráfica).
Este ciclo de una duración de 80 a 90 años fue descubierto por Gleissberg en 1958.
La conclusión es que el sol se ha estado "inusualmente tranquilo" y nadie sabe realmente por qué o cuanto durará así.

Contando las manchas solares


Las llamaradas solares y las eyecciones de masa coronal (CME), cuando miles de millones de toneladas de plasma solar entran en erupción desde la superficie del sol y son lanzadas al espacio a velocidades de hasta 3.000 kilómetros por segundo, representan el mayor riesgo para las redes eléctricas y sistemas de comunicación.

Las manchas solares son menos dramáticas, debido a que son fáciles de contar pero están estrechamente relacionadas con las llamaradas, eyecciones de masa coronal y otros indicios de actividad solar, los astrónomos y los científicos las han utilizado durante siglos para controlar las variaciones en la actividad del sol.

La observación cuidadosa ha revelado que el número de manchas solares aumenta y disminuye en un ciclo regular que se repite cada 11 años.
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Las variaciones en la cantidad de calor y la luz que llegan a la superficie del planeta como resultado del ciclo son pequeñas. La radiación solar total que alcanza la superficie varía por sólo 1,3 vatios por metro cuadrado (0,1%) entre las fases del ciclo de máximos y mínimos.

Aún así, estas variación tiene un profundo impacto en el clima y el tiempo. Las precipitaciones, la formación de nubes y la escorrentía fluvial están fuertemente relacionados con el ciclo solar de 11 años del sol.

El impacto es mucho menor que el calentamiento asociado con el cambio climático provocado por el hombre. La actividad solar no puede explicar las tendencias a largo plazo en las temperaturas globales, tales como las relacionados con el calentamiento global. Pero puede tener un impacto notable sobre escalas de tiempo más cortas.

Mínimo de Maunder


No todos los ciclos solares son iguales. Los ciclos en los años 1940 y 1950 fueron especialmente fuertes. Los ciclos a finales del siglo XIX y los inicios del siglo XX, fueron mucho más débiles.

Más profundamente, en la década de 1890, el científico Walter Maunder, del Observatorio Royal de Greenwich, identificó un "mínimo de manchas solares prolongadas" entre 1645 y 1715 en el que casi no se observaron manchas solares por los contemporáneos.

A veces pasan años enteros sin registro de manchas solares. Las manchas solares llegaron a ser tan raras que en 1684 el astrónomo real John Flamsteed de Gran Bretaña escribió: "estas apariciones, frecuentes en los días de... Galileo han sido tan raros últimamente que es la única que he visto desde diciembre 1676."
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Curva de actividad solar (número de manchas solares frente al tiempo). El primer máximo de la figura corresponde al último máximo de actividad solar (finales año 2000) y las predicciones indican que el siguiente máximo se producirá a principios del año 2013.
John Eddy del High Altitude Observatory confirmó los resultados de Maunder en un artículo publicado en el revista Science en 1976.
"El mínimo de Maunder: El reinado de Luis XIV parece haber sido un momento de verdadera anomalía en el comportamiento del sol" .
Eddy encontró evidencias convincentes de una ausencia real de manchas solares, y no por la ausencia de observaciones. entre las que caben destacar sobretodo tres puntos, a saber: la cantidad de auroras visibles en ese intervalo, el análisis del carbono-14 en los anillos de crecimiento de los árboles, y el clima que sufrió nuestro planeta durante el propio Mínimo.