Médicos chilenos advierten de efectos de leucemia, cáncer cerebral, aborto espontáneo y esclerosis

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Uno de los estudios que cada vez adquiere más relevancia, sobre todo por el uso creciente de aparatos electrónicos en los niños menores, es el que mide los efectos de la radiación electromagnética de la telefonía celular en los seres humanos.

La radiación electromagnética se confirmó como un factor con más de 50% de probabilidades de existencia -de relación causa-efecto- de la leucemia en niños, cáncer cerebral en adultos, aborto espontáneo y esclerosis lateral amiotrófica (enfermedad de Lou Gehring), señala un reporte publicado en los Cuadernos Sociales de la Universidad de Chile.

Además se detectó mayores probabilidades de cáncer cerebral en niños, cáncer de mama femenino y masculino, suicidio, enfermedad de Alzheimer y enfermedades cardiovasculares incluyendo infarto del miocardio.

El Dr. Andrei Techernitchin, autor principal, explicó a La Gran Época que el estudio se orientó para mejorar la legislación chilena.

"Es una batalla que progresivamente vamos ganando, ya que las nuevas leyes son un poco mejores que las anteriores", señala el médico que es docente titular de la Facultad de Medicina.

Los teléfonos móviles emiten radiaciones electromagnéticas de altas frecuencias para la transmisión de voz y datos hacia las antenas repetidoras y ondas electromagnéticas de bajas frecuencias, asociadas a la funcionalidad del aparato telefónico mismo.

Según el informe, ambas radiaciones tienen efectos diferentes en el cuerpo humano. Las altas frecuencias tienen efectos similares a los producidos por las antenas repetidores, donde los efectos son diferidos y tardan unos 10 a 20 años en manifestarse. Son también similares a los efectos de los tendidos eléctricos domiciliarios y de los electrodomésticos.

Uno de los estudios analizados por Tchernitchin y su equipo, observó una elevación de la temperatura superficial y profunda de la cabeza por radiaciones celulares de 900 Mhz. Al aplicar la misma cantidad de radiación en animales se detectó un riesgo de desarrollar linfomas.

Otros autores, citados revelaron "de manera más concluyente, que existe un importante aumento del riesgo de desarrollar un neurinoma acústico en el lado del uso del teléfono celular, por 10 o más años, riesgo relativo".

Al estudiar los efectos de la radiación en los leucocitos, se descubrió además una acción tóxica para los genes (aneuploidía del cromosoma), y aquí esto se debió a que la radiación actúa en la proteína receptora supresora de tumores.

Se demostró también que "los campos electromagnéticos emitidos por teléfonos celulares alteran los electroencefalogramas, principalmente durante actividades que involucran la memoria.

Los teléfonos celulares, provocan un cambio en la temperatura de tejidos vecinos, vasodilatación en ellos, y un aumento del contenido nasal de óxido nítrico por la cavidad nasal del lado del teléfono, pero no en la cavidad nasal contra lateral.

En los mamíferos se observó que logra alterar la barrera hematoencefálica, y esto hace que se filtre albúmina desde los vasos sanguíneos al tejido cerebral.

Niños afectados

"En los niños, y en especial en los de corta edad, el efecto de la radiación RF causa más daño, especialmente cerebral, que en los adultos", advierte el reporte del Dr. Tchenitchin, que incluye además la colaboración del Biólogo Leonardo Gaete, el ingeniero civil Verena Romero y el Electrónico de telecomunicaciones, Moisés Pinilla.

"Eso se debe a que el espesor del cráneo, es decir, la distancia que debe atravesar la radiación desde el teléfono hasta el cerebro, es significativamente menor en niños que en adultos, y en especial durante", destaca el médico.

Estudios analizados por el equipo revelan que las secuelas son proporcionales al tiempo de exposición y a las horas de uso de dichos artefactos.

El equipo médico a su vez expuso como evidencia las investigaciones que realizó otro equipo internacional, donde se demostró una mayor frecuencia de secuelas en la memoria, atención y de otros parámetros neurocognitivos.

Después de un seguimiento de cuatro años a 196 niños de 7 a 12 años, este reporte señaló que el uso de esos teléfonos aumentó trastornos de la percepción fonética, redujo la eficiencia en el trabajo, la capacidad de atención y memoria lógica, y aumentó indicadores de la fatiga.

"Los autores de dicho estudio han advertido que las posibles consecuencias a corto y largo plazo para la sociedad de exponer a los niños a la radiación de microondas de los dispositivos de comunicación celular debe ser reconocida responsablemente a nivel mundial", señala el Dr. Tchernitchin.

El mismo sugirió "evitar en lo posible el uso del teléfono celular por niños y también, mujeres embarazadas, y evitar acciones o propaganda comercial que incentiven el uso del teléfono por niños, tales como diseños infantiles de los dispositivos y juegos infantiles incluidos en dichos dispositivos, que incentivan el uso del uso del teléfono móvil durante la edad infantil".

La Organización Mundial de la Salud reconoce cierta genotoxicidad y riesgos de cáncer aunque no admite que esté confirmado. La Comisión de Medio Ambiente del Consejo de Europa primero propuso "la prohibición de todos los teléfonos móviles o sistemas WiFi de las clases y colegios", pero luego solo reclamó que se redujera su uso.

Antenas repetidoras

La radiación electromagnética proveniente de antenas repetidoras de telefonía celular es la misma que aquella emitida por los teléfonos móviles, según las frecuencias de operación de cada modelo de aparatos.

Debido a la presencia a placas reflectoras que actúan como lentes ópticos convergentes para dirigir las emisiones en las direcciones que se requieren para la transmisión de las señales cuidando la eficiencia energética del procedimiento, la intensidad de la radiación no es proporcional a una menor distancia.

Estudios epidemiológicos demostraron que "la proporción del desarrollo de nuevos cánceres fue significativamente más alta en aquellos pacientes que habían vivido en los diez años anteriores, hasta una distancia de 400 metros de una antena transmisora, que había estado operando desde 1993, comparado con los pacientes que vivían mucho más lejos", señala el estudio.

Investigaciones realizadas en Brasil relacionaron las muertes por neoplasia y la cercanía a las antenas repetidoras, en Belo Horizonte.

"Entre 1996 y 2006, 7.191 muertes por neoplasia ocurrieron en un área a 500 metros de las antenas repetidoras". Lo que significó una tasa de mortalidad de 34,76 por 10.000 habitantes. En cambio fuera de esta zona, "se ha observado una menor mortalidad por neoplasia".

Otro estudio citado en el reporte viene de Israel, donde se demostró epidemiológicamente un aumento en 4,15 veces de le incidencia de cáncer en habitantes de Netanya, Israel, residentes a menos de 350 m de una antena repetidora de telefonía móvil, en comparación a residentes a mayor distancia.

En tanto un análisis de los síntomas en un grupo de más de 200 residentes que vivían cerca de antenas comparados con los que no estaban expuestos, notó a 300 metros o más eran afectados por cansancio, en cambio hasta 200 metros se agregaron síntomas de cefaleas, perturbación del sueño, y malestares generales.

En cambio hasta 100 metros eran perturbados con irritabilidad, depresión, pérdida de memoria, mareos, disminución de libido, entre otros efectos.

"Este fue el primer estudio que demostró que la distancia mínima de ubicación de antenas debe ser mayor a 300 metros de lugares habitables", dijo el Dr. Tchernitchin.

Experimentos en ratas en que se aplicó radiación similar, demostró que además afecta la movilidad de los espermios en manera significativa.

En el informe el Dr. Tchernitchin describe también "una nueva entidad patológica, la hipersensibilidad a radiación electromagnética, que reúne todos estos síntomas como "cefaleas intensas, pérdida de la capacidad de concentración, depresión sicológica, entre otras, y que causan frecuente deterioro en su actividad ocupacional".