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Podemos afirmarlo con toda la contundencia: España es una dictadura.

Una dictadura de facto.

Quizás no se trate de uno de esos anticuados y caducos modelos de dictadura militar de antaño, modelos que, por otro lado, resultan cada vez más infrecuentes en todo el mundo.

Esas rancias dictaduras militares ya han pasado de moda, como las hombreras o los pantalones de pana.

Ahora, lo que se lleva es un nuevo modelo de dictadura teatralizada, la dictadura 2.0, una animada representación política y mediática que podríamos calificar como Comedia Democrática.

Un género extendido por todo el mundo y del que España, como viene siendo tradición en todo lo referente a la represión de las libertades individuales, resulta ser una alumna aventajada.

Y uno de los últimos actos de esta comedia ha resultado ser el Anteproyecto de Ley de Seguridad Ciudadana.

Poca gente se ha fijado en ello, pero todo lo referente a este anteproyecto de ley sigue, paso por paso, los esquemas de la una de las maniobras de manipulación psicológica y mediática más típicos: la Ley de la Amenaza, de la cual ya hablamos oportunamente en un anterior artículo

Resumiendo, podríamos decir que la Ley de la Amenaza reproduce el siguiente esquema:
  1. El manipulador o amenazador anuncia o filtra que causará un gran daño y dolor.
  2. El manipulado o amenazado, reacciona protestando ante la magnitud de la amenaza recibida, al tiempo que asimila mentalmente el daño que recibirá.
  3. En última instancia, el amenazador causa un daño y dolor mucho menores a los que había sugerido en un inicio.
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El actual ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz
No obstante, tales daños finales aplicados a la víctima resultan ser, exactamente, los que el amenazador tenía previsto aplicar desde un principio.

Tal esquema busca alcanzar 3 objetivos básicos:
  1. Desactivar la respuesta de la víctima, la cual considera que ha sufrido un daño menor al que había previsto inicialmente.
  2. Destruir la credibilidad de la víctima, a la cual se acusa de haber sobreactuado respecto al daño finalmente recibido.
  3. Aceptación de la agresión por parte de la víctima, que por un lado considera que ha logrado un cierto tipo de victoria con su protesta previa y por el otro considera, inconscientemente, que el agresor no es tan injusto como inicialmente había considerado.
Si nos fijamos bien, éste ha sido exactamente el camino seguido por el gobierno de Rajoy hasta ahora.

Inicialmente filtró un presunto anteproyecto de ley, en el que, por ejemplo, rodear el congreso o hacer escraches a políticos se consideraban "infracciones muy graves" y eran castigadas con multas de entre 30.000 y 600.000 euros, para posteriormente, y tras algunas modificaciones, rebajarlas a "infracciones graves", con sanciones de entre 1.000 y 30.000 euros.

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De la misma manera, el insulto a un policía, que en el anteproyecto filtrado inicialmente era considerado infracción administrativa grave y sancionado con multas de hasta 30.000 euros, pasa a ser considerado infracción administrativa leve, con sanciones de entre 100 y 1.000 euros.

La justificación a tales rebajas ofrecida por los medios de comunicación afines a la dictadura se debe, según el caso, a "la contestación e indignación ciudadana" o a la "oposición interna dentro del propio Partido Popular, encabezada por Soraya Saenz de Santamaría", según convenga a la línea editorial de cada medio de comunicación.

Pero sea como sea, y vengan de donde vengan, ambas justificaciones son una completa patraña y una burda manipulación.

El objetivo inicial del Gobierno siempre fue aprobar la ley tal y como se aprobará finalmente en el congreso. No tengan duda de ello. Al fin y al cabo, ¿quién se puede oponer a que eso suceda?

¿Las otras fuerzas parlamentarias, que no alcanzan la mayoría absoluta?

¿O quizás el pueblo manifestándose con bonitas pancartas y rimas ingeniosas por las calles, picando cacerolas y soplando silbatos hasta el paroxismo?

Solo la desobediencia civil masiva podría detener tales planes y eso solo sería posible en un país cuyos individuos tuvieran un mínimo de dignidad y como todos hemos visto ya, éste no es el caso de España.

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Por otro lado, al Gobierno no le interesa en absoluto establecer sanciones excesivas, pues éstas no podrían ser abonadas en prácticamente ningún caso y abocarían a una oleada de recursos judiciales a tales sanciones, pues resultaría más rentable pagar las tasas judiciales del recurso que acatar la sanción sin recurrir.

Sin embargo, el montante de las "nuevas sanciones" sí es asumible por la mayoría de la población y permiten a las autoridades la posibilidad de sancionar a gran número de manifestantes cada vez sin causar un gran trastorno social, aparte de que hacen poco rentable, en la mayoría de los casos, la presentación de un recurso a dicha sanción.

¿Empiezas a ver como te manipulan?

Por otra parte, surgen varios interrogantes.

Oficialmente, la redacción de esta ley se presenta como una respuesta legal a las acciones de protesta llevadas a cabo estos últimos meses por la ciudadanía.

Pero quizás deberíamos preguntarnos si no se trata de una maniobra más preventiva que de respuesta.

Es decir, si el Gobierno no está estableciendo leyes de cara a reprimir una gran oleada futura de protestas.

Y en tal caso, si esto fuera así, deberíamos preguntarnos:

¿Acaso el Gobierno no nos dice por activa y por pasiva que ya estamos saliendo de la crisis?

¿O es que quizás, en un futuro no muy lejano, la situación va a empeorar aún más, tal vez de forma radical y el Gobierno pretende blindarse legalmente de cara a la represión masiva de esas protestas?

Esto implicaría que la tan cacareada salida de la crisis es una completa falsedad, o en el mejor de los casos, que es solo una etapa de tranquilidad transitoria previa a un empeoramiento aún mayor de la situación.

Pero evidentemente, todo esto solo son conjeturas.

Aunque vale la pena hacerlas y tenerlas muy en cuenta, por si acaso.

En el anteproyecto de ley también llama poderosamente la atención el siguiente parágrafo:
"Serán consideradas Infracciones graves y podrán acarrear multas de entre 1.001 a 30.000 euros, las ofensas o ultrajes a España, a las Comunidades Autónomas y Entidades Locales o a sus instituciones, símbolos, himnos o emblemas, efectuadas por cualquier medio, cuando no sean constitutivos de delito"
¿Acaso no representan un auténtico ultraje a España los gobernantes que hemos tenido estos últimos decenios?

Por lo visto es mucho más grave escupir a un trapo de colores o silbar un himno que representar a un país entero de cara al mundo siendo un completo corrupto, un inepto, un vago, un inútil, un asesino o un enfermo mental (pongan ustedes el calificativo que les plazca bajo la foto que prefieran si lo consideran necesario).
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Y resulta mucho más grave ultrajar un símbolo abstracto que arruinar una nación entera o echar a los ciudadanos de sus casas a golpes de porra, ensuciando con ello la imagen del país a nivel mundial de forma irreparable.
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Así son nuestros gobernantes y estos son los vomitivos valores y leyes que regurgitan. Para vergüenza nuestra como pueblo, de cara al planeta entero. Porque todos sabemos como funciona el sistema y lo asumimos como dóciles corderitos.

Todos sabemos que incluso un ingeniero diseñador de motocicletas con 5 masters debe pasar un examen para conducir un simple ciclomotor.

En cambio, aceptamos sin rechistar que un dirigente político no deba pasar ni un solo examen para gobernar y dirigir el destino de todo un país.

Y es cierto que eso sucede en todo el mundo y no solo en España.

Pero seamos sinceros: si se realizaran tales exámenes en este país...¿Alguien de verdad cree que cualquiera de nuestros gobernantes superaría un test psicotécnico y demostraría suficientes conocimientos, capacidad intelectual y salud mental para ejercer el cargo?

No hace falta responder a la pregunta: todos sabemos cuál es la pública y notoria capacidad de nuestros estimados gobernantes.


Comentario: Bueno, seguramente todos lo sabemos, pero ¿todos lo entendemos? ¿Cuáles son los pasos que llevan a que personas con diversas patologías alcancen puestos elevados en el Gobierno? Nuestros lectores más asiduos ya saben la respuesta: el fenómeno de ponerización. Hablaremos de él al final del artículo. Continuemos ahora con este interesante y acertado análisis de España.


Y lo peor del asunto es que no podemos sustituirlos por otros. Porque como decíamos al principio, España es una dictadura.

Quizás te parezca una afirmación sin ningún sentido ni ninguna base lógica. ¿Pero cuáles son las características de una dictadura?

Veámoslo.

Sabemos que una dictadura cumple los siguientes requisitos:
  1. El poder se concentra en una élite de individuos.
  2. No existe división de poderes.
  3. No se permite que la oposición llegue al poder.
  4. Existen símbolos intocables que la autoridad debe proteger a toda costa.
  5. Existen enemigos interiores y exteriores que justifican las actividades del régimen.
  6. Los medios de comunicación están totalmente controlados por el poder.
Sin duda ahora afirmarás que España no cumple ninguno de esos requisitos, porque existen múltiples partidos políticos a los que podemos votar libremente.

Y si realmente piensas eso, debo decirte que tienes una visión muy anticuada de lo que es una dictadura moderna.

Una visión analógica, de épocas pretéritas, cuando los televisores aún eran en blanco y negro.


POR QUÉ ESPAÑA ES UNA DICTADURA


Analicemos punto por punto, porqué España cumple todos los requisitos para ser considerada una dictadura 2.0:

1- El poder se concentra en una élite de individuos

¿Acaso no existe esa élite gobernando este país? ¿O es que no se ha rescatado a los bancos con dinero público después de todas sus fechorías económicas?

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Nadie los ha escogido y tus supuestos representantes políticos, supuestamente a tu servicio y supuestamente escogidos por ti, no te han preguntado si querías hacerlo o no.

Simplemente han obedecido los dictados de esa élite económica, como siempre han hecho.

Porqué esa élite, muchas veces oculta, es la que alberga realmente el poder. Y como se ha demostrado, no importa dónde y cómo deposites tu dichoso voto. Lo podrías tirar al water y tendría el mismo efecto.

Porque España es una dictadura.

2- No existe división de poderes

Si crees que en España existe división de poderes, es que vives en una maravillosa ilusión.

Más allá del hecho de que los más altos tribunales del país: el Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Constitucional son elegidos a dedo por el poder político, el hecho es que de todas formas, los altos magistrados deberían actuar con independencia de quien los haya nombrado.
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Pero la realidad es que obedecen directamente a los intereses de los partidos políticos que los nombran y lo podemos ver continuamente.

Eso sin entrar en la procedencia ideológica franquista de muchos de estos magistrados, hecho que ya de por sí, representaría un escándalo en cualquier país mínimamente democrático y civilizado...

El poder judicial de este país representa una de sus mayores vergüenzas y solo a través de órganos manipulados y corruptos hasta sus cimientos se comprenden vergonzantes veredictos, como (por poner algunos ejemplos de entre tantos posibles), los del caso Prestige, el caso de los tartazos a la presidenta de Navarra, o la imposibilidad de imputar a miembros de la familia real en el caso Noos, por la injustificable negativa del propio fiscal encargado de la acusación.

Pero en este maravilloso país, todo esto sí es posible.

Porque España es una dictadura.

3- No se permite que la oposición llegue al poder

Quizás pienses que la oposición sí puede llegar al poder. Quizás piensas que cuando gobierna el Partido Popular, existe la posibilidad y la opción de que el PSOE alcance el poder en las próximas elecciones o viceversa. Eso es cierto.

Lo que no es cierto es que el PP y el PSOE sean la oposición el uno del otro. La oposición eres TÚ. La oposición es el pueblo.

Y puedes tener por seguro que jamás gobernarás en este país.

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Porque los órganos políticos del gobierno dictatorial del país, es decir, el PP, el PSOE y sus socios colaboracionistas habituales de diverso pelaje y procedencia como por ejemplo CIU, PNV, UPN, etc... o sus posibles sustitutos de futuro como IU, UPD o Ciudadanos, son los encargados de garantizar la suficiente oferta de personajes protagonistas y secundarios en la Comedia Democrática, para que creas que no es una simple obra de teatro, sino algo real y que alguna de las marionetas de la obra, te representa.

Puedes escoger con qué personaje de la comedia simpatizas más, pero sea cual sea, todos sirven al mismo amo.

Y a pesar de sus simulados enfrentamientos en la arena política y sus disensiones en aspectos realmente superficiales de carácter presuntamente ideológico, como el aborto, el matrimonio gay o la ley de memoria histórica (que si los analizas con detenimiento, verás que no tienen la más mínima importancia para las élites gobernantes ni para sus intereses), lo cierto es que los dos únicos protagonistas de la comedia son y serán siempre PP y PSOE y se pondrán siempre de acuerdo en aquello que beneficie a la élite dictatorial que gobierna el país.

Así funcionan las dictaduras 2.0.

¿O no se pusieron de acuerdo y en una sola noche de agosto de 2011, sin consultar al pueblo al que dicen servir, para reformar algo tan supuestamente intocable como la Constitución, con el fin de servir a las élites económicas?

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Cuando llega el momento de favorecer a sus amos, ambos partidos van a una, porque ambos partidos son las dos caras de la misma moneda.

En realidad, y aunque te niegues a aceptarlo, o te duela creerlo, son el mismo partido.

Y tú y los que te rodean, todos nosotros, siempre seremos la oposición acallada y reprimida por el régimen.

La oposición que jamás llegará al poder, que jamás podrá crear ni financiar un partido político que se salga del redil y que en caso de hacerlo, no recibiría la cobertura mediática necesaria para llegar a los votantes.

Porque España es una dictadura.

4- Existen símbolos intocables que la autoridad debe proteger a toda costa

Toda dictadura necesita crear un mito, una figura intocable que debe ser protegida a toda costa, como representante de algún tipo de esencia patriótica, ideológica o moral.

Un tótem sobre el que cualquier duda o discusión resulte tabú, enraizando con las mecánicas tribales más ancestrales y primitivas.

Algo sobre lo que depositar el sentido simbólico de la unidad y la estabilidad garantizadas por la autoridad.

Durante muchos años, en España, esa figura prácticamente intocable ha resultado ser la monarquía y especialmente el Rey Juan Carlos.

Ahora su figura se ve atacada y puesta en duda por todos lados, pero la mayoría de gente parece olvidar que no hace tanto tiempo, el Rey de España, a pesar de su campechanía, no era representado ni ridiculizado ni en el programa más iconoclasta.

¿Alguien recuerda los Guiñoles de Canal Plus? (Las noticias del Guiñol)
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En su momento representaban la culminación de la sátira nacional...podemos decir que esos títeres, "no dejaban títere sin cabeza"...sin embargo y sin ningún tipo de justificación, jamás crearon un guiñol de su majestad...a pesar de que en otros países como Gran Bretaña, donde nacieron los guiñoles originales, (los Spitting), la Monarquía era satirizada y ridiculizada con frecuencia.
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Podríamos discutir sobre las razones por las cuales el Rey y la monarquía han perdido ese respeto totémico y simbólico.

Probablemente no se trate de algo casual ni circunstancial relacionado con cacerías de elefantes.
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La figura monárquica resulta obsoleta de cara los Nuevos Órdenes sociales y económicos a los que nos vemos abocados y en los contados casos en los que las diversas monarquías consigan sobrevivir, sin duda representarán un papel prácticamente folclórico, rozando lo ridículo (si no lo hacen ya).

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En definitiva, el Rey y la monarquía, en estos momentos, son prescindibles y sacrificables como tótems.

Pero afortunadamente para el régimen dictatorial Español, el tótem monárquico ha podido ser sustituido por un nuevo tótem simbólico: la Constitución, también llamada pomposamente como Carta Magna y su primo hermano, el fantasmagórico "Estado de Derecho".

Estos son los nuevos tótems que nadie puede poner en duda sin que hacerlo resulte tabú.

Porque España es una dictadura.

5- Existen enemigos interiores y exteriores que justifican las actividades del régimen

Todos sabemos que lo primero que necesita una dictadura es tener un enemigo.

Alguien sobre quien poder echar las culpas, vehicular los recelos y focalizar los odios.

Un enemigo externo que funcione como catalizador de la unidad patriótica y de la necesidad de la dictadura.

Y un enemigo interno que permita dividir a la población en afectos al régimen y en opositores al orden establecido o a los símbolos intocables.

Afortunadamente para la dictadura de este país, su propia naturaleza histórica ha suministrado tales enemigos sin necesidad de tener que inventarlos o crearlos de la nada.

Ahí están los útiles enemigos externos encarnados por Gran Bretaña en el caso de Gibraltar o el Reino de Marruecos, que a pesar de no representar un gran papel en la Comedia, resultan siempre útiles en momentos oportunos.
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Buena visión del blog Cazadebunkers
Sin embargo, los enemigos más útiles al régimen son los enemigos internos, porqué la realidad es que si no existieran los nacionalismos Catalán y Vasco, el régimen tendría que inventarlos.

No ha existido un elemento más efectivo y útil para la dictadura PP-PSOE que los nacionalismos de carácter centrífugo, pues permiten ejercitar la fuerza centrípeta necesaria para mantener el régimen en pie.

Asimismo, la fuerza centrípeta del régimen, sirve de justificación existencial a los propios nacionalismos encarnados en los importantes actores secundarios CIU y PNV, al servicio del mismo amo que PP-PSOE.

Una jugada maestra.

Además, por su propia naturaleza, estos presuntos enemigos internos ponen en duda los símbolos intocables, en este caso, la Constitución, con lo que permiten al régimen (del que también forman parte), ejercer su figura de defensor del mito o tótem tribal.

Como vemos, resultan esenciales en el argumento de la comedia.

Un maravilloso mecanismo de relojería, basado en el equilibrio de fuerzas, que permite que la gran obra pueda seguir representándose indefinidamente, a beneficio de la élite en la sombra.

Porque España es una dictadura.

6- Los medios de comunicación están totalmente controlados por el poder

Quizás pienses que existen medios de comunicación bien diferenciados, con ideologías enfrentadas que permiten observar la realidad desde múltiples puntos de vista.

Si piensas eso, quizás deberías fijarte un poco mejor en las tertulias políticas que inundan todos los canales generalistas.
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Verás que siempre salen los mismos tertulianos, como una plantilla fija que va rotando de cadena en cadena.

En un país con decenas de miles de periodistas, eso, como mínimo debería parecerte sospechoso.

Como debería parecerte también sospechoso que los grandes popes de la radio y la televisión sean también los mismos desde hace años y años.
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Y es que lo cierto es que los medios de comunicación de este país están totalmente controlados por el régimen dictatorial, que centra grandes esfuerzos en promover las tertulias políticas, por su importancia como instrumentos de adoctrinamiento masivo, pues son una representación en pequeño de la gran comedia, un espectáculo de marionetas que discuten ante las cámaras para entretenerte y crear en ti la ilusión de que existen dos grupos enfrentados.

Pongamos un ejemplo práctico de cadena de televisión con una ideología bien marcada: La Sexta.

La Sexta se caracteriza por su presunta ideología progresista, con una clara proximidad ideológica al PSOE.
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© DesconocidoEl programa de La Sexta "Al rojo vivo".
No solo sus noticiarios lo demuestran claramente, sino también sus tertulias políticas (La Sexta Noche, Al Rojo Vivo), o algunas de sus figuras mediáticas más destacadas, como el Gran Wyoming (el Intermedio).
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El Gran Wyoming
Pero curiosamente, la Sexta forma parte del grupo Atresmedia Corporación, propiedad mayoritariamente del Grupo Planeta, controlado asimismo por la Familia Lara, una reconocida familia de tradición derechista (por decirlo finamente)

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José Manuel Lara Bosch, presidente del grupo Planeta.
Curioso...¿no?

Medios de comunicación con ideologías opuestas bajo el control de personas con una única y marcada ideología.

Eso debería hacerte pensar.

Como mínimo debería hacerte ver que no hay mayor ideología que el negocio...y que inclinarte por izquierdas o derechas, es, sencillamente, ridículo.

Estos medios de comunicación, con sus marcadas líneas editoriales e ideológicas, pero controlados por las mismas manos en la sombra, son un reflejo claro de lo que sucede también en el campo político: todo es una comedia. Puro teatro.

Los medios de comunicación y los partidos políticos forman una maraña inextricable, son representaciones visuales de un mismo ente de fondo.

En realidad, no existen periodistas ni ideologías diferenciadas. Todos sirven al mismo amo.

Porque España es una dictadura.

(Puedes ver un esquema sobre la propiedad de los medios de comunicación de este país en este enlace. Aunque es de 2011 y ha sufrido algunos cambios, no deja de ser altamente significativo)

Como puedes ver, España cumple todos los requisitos para ser considerada una dictadura de facto.
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Evidentemente, una dictadura al estilo actual, una dictadura 2.0, con sus presuntos partidos políticos y sus encarnizadas discusiones sobre aspectos superficiales, quizás importantes para un individuo de a pie, pero insignificantes para los grandes poderes que lo gobiernan todo desde la sombra.

Quizás pienses que todo está controlado por la mafia PP-PSOE y que la solución se encuentra en alguno de los partidos alternativos que ya ensucian con sus siglas el congreso de los diputados o los parlamentos autonómicos.

Si realmente crees eso, quizás deberías pensártelo mejor.

¿Realmente has visto algún partido político existente que se salga del redil y que no forme parte integral de la dictadura?

La comedia continúa...