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La sombra de la peste bubónica se expande hoy sobre Madagascar, mientras expertos internacionales advierten a autoridades de la excolonia francesa enfrentar la epidemia con más responsabilidad y recursos.

Especialistas sanitarios locales alertaron que el crecimiento de la población de roedores en varias importantes ciudades es significativo y coadyuva a la propagación de la enfermedad transmitida por esos animales.

Funcionarios malgaches anunciaron el mes pasado que las arcas de Antananarivo están vacías y carecen de fondos suficientes para la recolección de basura, según reseñaron periódicos nacionales.

Serge Idriss Hasambarana, director de la cárcel de Toliara, en el suroeste de Madagascar, dijo que "tenemos muchas ratas, atrapamos una docena cada mes con trampas que nos entregó el Instituto Pasteur".

También unos tres mil reclusos de Antanimora, la principal prisión de esta capital, sobreviven junto con una enorme población de ratas que propagan pulgas infectadas a través de alimentos, ropa de cama y prendas de vestir.

Con temperaturas superiores a 40 grados centígrados en muchos días de verano, las condiciones de hacinamiento en centros penitenciarios son focos ideales para la transmisión de la enfermedad luego de la visita de familiares de los convictos o la liberación de estos.

El Comité Internacional de la Cruz Roja y el Instituto Pasteur han alertado sobre esta peligrosa situación y recordaron que casi un centenar de contagiados se han reportado por este mal en media docena de localidades de la isla nación en solo cuatro meses.

Desde septiembre último, se registraron 84 pacientes y 42 muertes presuntamente por la peste bubónica en cuatro de los 112 distritos de Madagascar. Los pueblos más afectados son Mandritsara, Soanierana Ivongo, Ikongo y Tsiroanomandidy.

La también conocida como Muerte Negra es causada por la bacteria Yersinia Pestis y se transmite generalmente a los seres humanos a través de la picadura de una pulga infectada.

Las pulgas de las ratas y otros animales como ardillas o perros de las praderas pueden portar el microbio Yersinia. Las manifestaciones más comunes de la dolencia son septicemia y neumonía.

Se conoce que la variante neumónica es su forma más grave y el único tipo de plaga capaz de transmitirse de persona a persona simplemente a través de gotas de humedad que viajan en el aire.

La peste bubónica se extendió por Europa en el siglo XIV, matando a alrededor de 25 millones de personas.

Actualmente Madagascar tiene la incidencia más alta en el mundo. En 2012, la isla del Océano Índico reportó 256 casos y 60 muertes.