Imagen
© HST/ACS/WFCParte de la Nebulosa Carina, que incluye los remanentes de la N63a
Las supernovas son lo que Hannes Alfvén llamó: explosión de dobles capas. La Gran nube de Magallanes (GNM) es una galaxia irregular y relativamente pequeña, situada aproximadamente a 168.000 años luz de la Tierra. La distancia es aproximada porque se obtienen diferentes valores de paralaje cuando se utilizan distintos patrones de medida.

Dentro de la G.N. Magallanes hay un objeto que normalmente se conoce como "remanente de supernova", dado que las teorías prevalentes de la evolución estelar describen una clase particular de muerte para las estrellas que son extremadamente masivas. La opinión de consenso es que tienen una vida corta y convierten su masa en energía radiante a un ritmo vertiginoso mediante un proceso de fusión nuclear. Una vez que el combustible nuclear se agota, comienza un proceso que termina con la implosión de la estrella y la expulsión de su capa exterior de gas y polvo.

Se cree que la estrella que explotó, creando el remanente N 63A, era 50 veces más masiva que el Sol.

Los llamados vientos estelares de esta estrella gigante generaron una "burbuja hinchada de viento", según el informe de archivo de noticias de prensa del telescopio espacial Hubble. Señalan que la supernova explotó en el interior de la burbuja, dejando una región clara que contiene pequeñas nubes de desechos de material que los vientos no pudieron arrastrar, algo similar a unos remolinos de humo en el interior de una pompa de jabón.

Desde hace mucho tiempo, el dogma de la teoría astrofísica ha establecido que las ondas de choque de las supernovas son responsables de la formación de otras estrellas cuando alcanzan las nubes de gas de nebulosas cercanas. Los gases son comprimidos a lo largo del frente de onda en expansión, adquiriendo el momento angular y el empuje gravitacional necesario para comenzar la condensación. Según esta hipótesis nebular, una vez que dicha condensación alcanza un punto crítico, nacen las estrellas.

Sin embargo, el análisis del equipo del Hubble concluía que la onda de choque generada por N 63A se movía demasiado deprisa a través de las nubes de gas en expansión, impactando las "nubecillas" y dispersándolas. No están destinadas a durar mucho.

Los astrónomos no saben por qué las estrellas eyectan nubes de gas y polvo que finalmente se convierten en otras estrellas. La razón principal para este misterio es que las estrellas no están hechas de gas y polvo. Una estrella es el punto focal de las corrientes de Birkeland que fluyen a lo largo de circuitos que atraviesan toda la galaxia.

Un z-pinch electromagnético puede comprimir el plasma con tal fuerza que rápidamente se comprima en una estrella, formando una corriente toroidal alrededor del ecuador. La densidad de corriente que fluye en el z-pinch hace que el plasma de la nueva estrella erupcione en descargas en modo de arco.

La explicación de la teoría del Universo Eléctrico es que las nebulosas o supernovas son estructuras de plasma, y se comportan según las leyes de los circuitos y descargas eléctricas.

En lugar de la acción mecánica y la implosión de gas, la N 63A fue creada probablemente cuando la afluencia de corriente eléctrica excedió la capacidad de la estrella para mantener su equilibrio con el entorno. El plasma estelar no sería capaz de retener la separación de cargas, de modo que se produjo un cortocircuito en la 'doble capa' y explotó, igual que aquí en la Tierra un circuito eléctrico puede explotar repentinamente cuando fluye demasiada corriente a través de él.

No es necesario condensar estrellas a partir de nubes de polvo tras el impacto de ondas de presión. La envoltura eléctrica alrededor de una nueva estrella recibe la energía de las corrientes galácticas de Birkeland en la que está inmersa y es empujada hacia un estado de descarga "irradiante". La gravedad y el calor contribuyen, pero poco tienen que ver con el proceso de la formación estelar.

Como se ha escrito repetidamente en los artículos de Picture of the Day, este universo no es un mecanicista, donde sólo ocurren cosas cuando hay explosiones, ondas de choque, gas comprimido, rebotes, expansión u otras fuerzas cinéticas y de base gravitacional. Más bien, el universo es un hirviente caldero de energías que superan en varios órdenes de magnitud las fuerzas de la inercia y la gravedad.

Más que un frente de choque en expansión, los rasgos que se muestran en la imagen del Hubble están iluminados por la electricidad que pasa a través del plasma polvoriento. La radiación de rayos X es la que se suele producir por un fuerte estrés eléctrico. Las corrientes eléctricas generan rayos X cuando pasan a través de los iones pesados del plasma.