En Francia, los ciudadanos salieron a las calles para denunciar el aumento del fascismo. La comunidad gala está preocupada por la extensión de las ideas de extrema derecha.


En febrero de 1934 los fascistas salieron a las calles de París para intentar imponer su modelo de sociedad. 80 años después, los antifascistas han vuelto a decirles que no.

El mensaje de manifestantes es claro: el capitalismo y el nacionalismo excluyente alimentan un fascismo que las políticas y los políticos actuales favorecen y que la primera obligación del ciudadano es luchar contra esta lacra que destruye la sociedad.