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Fue Andrew Lobaczewski, autor de Ponerología Política: Una ciencia de la naturaleza del mal ajustada a propósitos políticos, quien presentó por primera vez el concepto de que, a lo largo de la historia, personalidades patológicas se han apoderado de las sociedades y causado una destrucción inimaginable. Guerras innecesarias han causado incontables millones de muertes innecesarias y gastado millones de millones de dólares en destrucción. Él caracterizó este proceso como el mal político y macrosocial de una forma científicamente medible.

Lobaczewski presentó un proceso que comienza con visionarios cuyas ideas están dañadas por una cascada de personalidades, todas deficientes en carácter, y que termina con los psicópatas tomando el timón y guiando a la sociedad a la guerra, la destrucción y el colapso final.

Casi todos nosotros pensamos que los psicópatas son en su mayoría delincuentes que acaban en la cárcel, pero Lobaczewski muestra que realmente son capaces de dominarnos, al menos cuando nacen en círculos privilegiados. Lobaczewski describe también cómo el resto de la sociedad principalmente los acepta; y éste es el tema del presente artículo.

A lo largo de la Historia, las sociedades han aceptado, racionalizado y, de hecho, participado en el proceso de colocar y apoyar a gente malvada al mando de las sociedades, lo cual en última instancia conduce al colapso. Para describir este proceso, el autor usó el término "histeria", es decir los procesos de pensamiento irracionales e incluso delirantes, y a menudo utiliza el ejemplo de Europa durante la primera mitad del siglo XX. La negación absoluta del Holocausto por parte de la sociedad alemana, incluso mientras estaba sucediendo, ilustra su idea.

Ejemplos de lo que puede denominarse el "proceso de ponerización" en los EE.UU. se remontan a muchos años atrás. Mientras escribía el texto la Declaración de la Independencia, que contenía fraseología tal como "Todos los hombres son creados iguales, con ciertos derechos inalienables...", Thomas Jefferson poseía a más de 200 esclavos, pero al día de hoy usted no encontrará este hecho en los libros de Historia de la escuela pública. Es una verdad incómoda, por lo que se ignora, se niega y en gran medida se considera mentira.

Cuando nos enfrentamos a una prueba irrefutable, muchos estadounidenses racionalizan este hecho. Este tipo de actos y pensamientos irracionales no pueden seguir adelante sin la ilógica aceptación de los habitantes de una sociedad. Este es un ejemplo de histeria colectiva que está hoy con nosotros e impregna a toda la sociedad.

Un error persistente de interpretación y sin duda delirante en los EE.UU. es que existen dos partidos políticos contradictorios que actúan recíprocamente como "freno y contrapeso" uno del otro. La verdad es que ambos obedecen a los mismos dueños del circo y crean argumentos "acalorados" sobre cuestiones de prácticamente ninguna consecuencia para distraer a la gente. Ambas partes se diferencian sólo en el estilo. Tomemos, por ejemplo, la cuestión más que probable de un próximo colapso ambiental a nivel mundial. Este es un tema ante el cual los EE.UU. y el Mundo deben actuar, ¡AHORA!

¿Qué es lo que están haciendo los dos principales partidos políticos estadounidenses? Los republicanos niegan que esté sucediendo siquiera, mientras que los demócratas dicen que sí ocurrirá y que van a hacer algo al respecto, pero no lo hacen. El resultado final es que ninguna de las partes está haciendo nada al respecto.

He notado que los grandes medios también compran esta farsa en su mayoría, pero aún más preocupante es que lo haga la gran parte de los medios de comunicación llamada "progresista" o "liberal" quienes también creen en este proceso delirante. Muchos de ellos, no todos, presentan la visión simplista, "republicano malo, demócrata bueno" que es, sin duda, un análisis caricatural. Llamé esta mañana al show de Stephanie Miller. Este es un programa "liberal" en el canal de TV "Free Speech" ("Libertad de expresión"). Me había dado cuenta de que la Sra. Miller estaba cortando o ridiculizando a cualquiera que fuera crítico con Hillary Clinton y/o políticos demócratas, por lo que pensé en hacer un comentario que fuera muy difícil de refutar. Quería ver cuál sería su reacción.

Hice el comentario de que Hillary, junto con la mayoría de los políticos republicanos y demócratas, carece de carácter. Le di el ejemplo de una entrevista durante la cual se le había preguntado acerca de la muerte, entonces reciente, de Muammar Gaddafi. Su respuesta fue "Vinimos, vimos, él murió", y después ella y el presentador comenzaron a reírse y reírse. Cuando le mencioné este hecho, Stephanie desconectó mi línea para que yo no llegara a decir que un Secretario de Estado de EE.UU. no debería reírse de algo tan serio, y que ese era más el comportamiento de un caracterópata que el de un estadista.

Esto me recuerda varias cuestiones. Una es que la llamada prensa liberal se ha engañado tanto a sí misma como los llamados conservadores. El hecho de que el arrebato psicopático de Hilary debería haber provocado indignación, pero no lo hizo, también pone de manifiesto el problema de que prácticamente todo el país está "histérico", según como Andrew Lobaczewski describe este tipo de actitud, de manera similar a cómo los alemanes estaban bajo el nazismo. Además notamos que, como en la alegoría platónica de la caverna, no estamos viendo lo que realmente está pasando. Percibimos sólo las sombras de la realidad y ya que es lo único que podemos ver, pensamos que las sombras son todo lo que hay.

Lo que se oculta de nuestra consciencia es el hecho de que la Libia de Gaddafi andaba bastante bien, sin deuda nacional, con grandes reservas de oro, altos ingresos de promedio, buena educación, excelente atención de la salud, etc. pero lo que provocó su caída fue que él estaba en el proceso de crear un sistema económico independiente de Occidente que incluiría a África y el Medio Oriente. Esto habría resultado en una moneda capaz de rivalizar con el dólar de EE.UU. y el euro. A esto se añade el hecho de que Gaddafi había nacionalizado las reservas de petróleo del país y poseía enormes reservas de oro. Se firmó su sentencia de muerte. Se lo tachó de rebelde porque había decidido "salirse de la reserva." Hillary, los republicanos y los demócratas no quieren que esto lo sepa nadie. Al parecer, Stephanie Miller tampoco quiere que esto se conozca, aunque lo más probable es que ni siquiera lo sepa y que no esté interesada en saberlo, porque entra en conflicto con sus propias creencias.

El famoso elefante presente en la habitación del que todos evitan hablar es que los EE.UU. y el mundo tienen grandes problemas y ninguna de las dos partes va a hacer nada al respecto.

Debaten y le dan mucha importancia al aborto, los derechos de los homosexuales, los valores familiares, ad infinitum, pero la realidad es que (aunque importante para muchos de nosotros) ninguna de estas cuestiones van a provocar un colapso ambiental y económico mundial. Provocar guerra y destrucción de forma continua, el saqueo del tesoro nacional para enriquecer aún más a la élite, el cambio climático global, la extinción masiva en la que ahora estamos... cada una de de estas cosas es capaz de marcar el comienzo del fin de EE.UU., tal y como lo conocemos, y de la mayoría del resto del mundo también. De juntarse todos estos factores a la vez, lo harían sin duda. Dado que EE.UU. ahora constituye, aproximadamente, el cinco por ciento de la población mundial, explota el 25 por ciento de los recursos mundiales y causa el 25 por ciento de la contaminación, es su responsabilidad tomar la iniciativa en el liderazgo transformacional, pero esto no sucederá hasta que los estadounidenses se reúnan y obliguen a la patocracia a hacer precisamente eso, o bien la fuercen a abandonar sus puestos de poder.
Sobre el autor:

Robert Kirkconnell es el autor de American Heart of Darkness: The Transformation of the American Republic into a Pathocracy ("América, el corazón de las tinieblas: La transformación de la república estadounidense en una patocracia")