Nuestros 'bichos' rara vez nos quitan el ojo de encima y conocen a la perfección el significado de cada uno de nuestros movimientos

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© desconocidoNuestros ‘bichos’ rara vez nos quitan el ojo de encima y conocen a la perfección el significado de cada uno de nuestros movimientos
Tras siglos de domesticación, los perros se han convertido en uno de los mejores observadores de la especie humana. Si te fijas en casa, tu perro te observa y analiza cada día, tiene estudiados al detalle cada uno de tus movimientos: diferencia cuando te marchas sin él y cuando te lo llevas de paseo; sabe cuando puede acudir a ti para jugar y cuando no.

Si estás triste, te consuela con estar a tu lado, guardar silencio y, a veces, secarte a lametones las lágrimas. También reconoce tus gestos al enfadarte, en especial cuando te has percatado de que ha hecho alguna travesura.

Sergio Tallón, psicólogo y educador canino en el centro 'Senda canina' de Granada, nos explica en la siguiente entrevista cómo los perros han logrado interpretar nuestro lenguaje corporal y reaccionar ante él.

- Parece que los perros conocen mejor que nosotros mismos el significado de los movimientos de "su humano".

- Los perros son grandes discriminadores, para ellos el lenguaje gestual es más sencillo de interpretar que el vocal. Por eso, aunque nosotros no nos demos ni cuenta, pequeños detalles de nuestro comportamiento se convierten en señales claras de cosas que van a pasar a su alrededor. El perro se ha hecho al humano, y poco a poco el ritmo de vida ha cambiado. Antes los perros estaban pastoreando, cazando o guardando la casa, tenían un trabajo más definido. El modo de vida urbano hace que los perros presten mucha más atención a sus dueños, y precisamente esa falta de trabajo en la actualidad es la base de la gran mayoría de problemas de comportamiento en los perros.

- ¿Existe una explicación desde la psicología?

- El perro es un animal social, a diferencia de otros animales domesticados. Esa dimensión social hace del mundo emocional del perro sea el más rico de casi todos los animales. El perro necesita hacer cosas con las personas, con su familia. Sin eso no sería feliz, está seleccionado para trabajar con el hombre, y por eso el perro se "empeña" en comprendernos y entendernos. La necesidad de hacer cosas juntos es la base para el nacimiento de esa vinculación emocional que va más allá de pastorear porque me gusta, o cazar porque me gusta. El perro quiere disfrutar junto a su humano, hemos de dejar fuera el paradigma del líder, entrar en el de la comunicación y la mutua colaboración.

- ¿Por qué nos observan tanto?

- Puede ser porque tenga falta de actividad, no física sino mental o de enriquecimiento ambiental. Porque exista un problema de híper apego, es decir, la vida en la ciudad hace que muchas veces hagamos insana la relación perro-guía, no dándole al perro lo que necesita para ser feliz y, por tanto, humanizando sus comportamientos. O bien porque los perros nos quieren y quieren estar con nosotros, hacernos felices, realizar cosas juntos, entendernos y hacerse entender, tan simple como eso.

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- Las personas conocemos más o menos cómo puede actuar nuestro perro según sus sonidos o movimientos, pero ¿tan al detalle como ellos?


- También los tenemos estudiados. En general, cualquiera que tenga perro sabe diferenciar el ladrido que significa jugar, el de que viene alguien que no conoce o cuando se asusta. Lo que ocurre es que hemos reducido la vida del perro a sofá-calle, sofá-calle, sofá-calle-pelota. El perro nos ofrece una comunicación riquísima: expresiones, señales, gestos, posturas, movimientos... todo un sinfín de "palabras" en lenguaje canino que seguro que, sin darnos cuenta, sabemos descifrar.

- ¿Se podría hablar del vínculo que se crea entre humano y perro a raíz del lenguaje corporal?

- Por supuesto que sí, sin una buena comunicación perro-guía nunca habrá un buen vínculo, elemento que se nombra bastante y que muchas veces no se sabe ni qué es. El vínculo es una relación especial creada entre dos seres que surge de la dimensión social de ambos. El vínculo sobre una comunicación clara es mucho más fuerte. Por ejemplo, jugar de una manera correcta, no como un loco con una pelota ni como un sargento que ordena a un soldado, sino disfrutando ambos; dar lo que la otra parte del binomio necesita y quiere, así como comprender sus necesidades. E importante, cariño, comprensión y afecto son el resto de las bases para construir ese vínculo no solo social sino también emocional.

- Para las personas que puedan sentirse agobiadas cuando su perro reacciona con ansiedad, porque creen que su humano se va de casa sin él, ¿qué pueden hacer?

-La mayoría de problemas de ansiedad por separación se deben, por un lado, a la falta de actividad en el perro, casi siempre más mental que física. O a un híper apego, una relación que no da oportunidad al perro de desarrollarse como tal y al final le hemos enseñado a estar pendientes de nosotros: no soltarlos, impidiendo que estén con otros perros, no dejarlos solos... Además, en cada caso puede haber otra gran cantidad de factores: fisiológicos, maltrato, abandonos, hechos traumáticos, miedos, inseguridades, o aburrimiento. Pero un perro feliz, con el cual se construye un vínculo emocional claro y fuerte nunca debe de presentar ansiedad. Es un perro, sabrá que aunque me vaya, vuelvo, y siempre volveré y él me esperará. Le daremos lo que necesita antes de exigirle.