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© EFERajoy se ha mostrado contrario a las sanciones a Rusia
Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintiocho se disponen a añadir en el Consejo Europeo que ha empezado este jueves auna docena de dirigentes rusos -más cercanos al círculo de poder del presidente, Vladimir Putin- a la lista de altos cargos sancionados con la congelación de cuentas y la prohibición de viajar a la UE por su participación en la intervención en Crimea, pero de momento aplazan la activación de sanciones económicas pese a la anexión de esta región ucraniana por parte de Moscú.

Además, los líderes europeos han decidido suspender la cumbre UE-Rusia prevista para junio y congelar las relaciones políticas con Moscú como represalia, según ha anunciado el presidente francés, François Hollande.

Los nuevos 12 nombres se sumarán a los 21 dirigentes de Rusia y Crimea que ya fueron incluidos en la lista el pasado lunes, entre los que se encuentran el comandante de la flota rusa en el Mar Negro y el primer ministro de Crimea, pero ningún dirigente próximo al presidente ruso, Vladimir Putin.

El debate sobre las nuevas sanciones a Rusia ha evidenciado de nuevo la división entre los Estados miembros y la preocupación por las consecuencias económicas que estas medidas tendrían en la propia UE, que depende en un 30% del gas ruso. La mayoría de Estados miembros apuesta por mantener el diálogo y seguir presionando a Moscú para que acepte negociar con Kiev.

Los países más beligerantes con Rusia han vuelto a ser los bálticos. "Tenemos que dar pasos serios, incluyendo la congelación de activos, sanciones económicas", ha reclamado el primer ministro de Estonia, Andrus Ansip. "¿Cuál es el precio de la libertad, de la independencia?", ha apuntado Ansip al ser preguntado por el posible impacto en la UE de las sanciones económicas contra Moscú. "Si Rusia continua ocupando territorios de países vecinos, hay realmente mucho que perder para los países europeos y no estamos dispuestos", ha zanjado.

Por su parte, la presidenta de Lituania, Dalia Grybauskaité, ha pedido incluir en la lista negra "al círculo más cercano a Putin". "Como próximo paso, debemos hablar de un embargo de armas, porque Rusia todavía nos está amenazando con fuerza militar, con propaganda, con una guerra de información y con sanciones económicas contra Ucrania", ha indicado la presidenta lituana.

También se ha mostrado duro Hollande, que ha resaltado que "para que haya negociación tiene que haber presión, y por eso las sanciones económicas, incluso si no se deciden hoy, deben prepararse".
"Es el principio de firmeza el que debe prevalecer, pero también el principio de negociación. Si Rusia acepta abrir negociaciones, si la reducción de tensión puede confirmarse, no se pasará a otras sanciones. Pero si hay un aumento de reivindicaciones ilegítimas, si hay operaciones de tropas, si hay amenazas, habrá otras sanciones", ha señalado el presidente francés.
Pero incluso otros países muy críticos con Moscú como Reino Unido, Suecia o Finlandia han rechazado activar ya las sanciones económicas, comerciales y energéticas y han apostado por limitarse de momento a ampliar la lista negra. El primer ministro finlandés, Jyrki Katainen, ha alegado que "el mayor impacto económico viene de las fuerzas del mercado". "La bolsa ha bajado en Rusia por su propio comportamiento. La economía también parece caer bastante", ha recalcado.

Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, ha dejado claro que los líderes europeos están dispuestos a adoptar sanciones económicas contra Rusia "en cualquier momento" si la situación se sigue deteriorando.

En el extremo opuesto se han situado países como España, Bélgica, Luxemburgo o Austria, que rechazan de plano activar las sanciones económicas. El más claro ha sido el primer ministro belga, Elio Di Rupo, que además ha pedido que los dirigentes europeos más importantes viajen a Moscú y a Kiev para actuar como facilitadores del diálogo.
"Una escalada de la situación sería desastrosa para la región pero también para nosotros", ha sostenido. "Debemos ser precavidos, hacer un análisis preciso, no precipitarnos en sanciones económicas", ha insistido.
Por su parte, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, defiende también que las sanciones se limiten a ampliar la lista negra de dirigentes rusos, sin pasar a la fase de las sanciones económicas.