Destacamos un comentario de un médico en la web de la Asociación de Afectados por Vacunas (AxV), aunque si cabe tiene más valor el de los padres que le contestan, familia que ha perdido a sus hijo antes de que cumpliera tres años tras ponerle las vacunas que les recomendaron sus pediatras.
Soy Medico especialista en vacunas y es lamentable lo que les ha
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© Desconocido
ocurrido a vuestros hijos. Ahora decir que lo que les ha pasado a vuestros hijos es secundario a las vacunas es cuando menos cuestionable. Que ocurren efectos secundarios con las vacunas es cierto, pero igual de cierto como que puedes morir por tomar paracetamol y no existe asociación para los afectados del paracetamol.

Me apenáis por dos motivos: uno por la perdida que habrá supuesto para vosotros la muerte de vuestros hijos, de hecho soy padre de 3 hijos y todos están vacunados y sanos. Pero también me apena el daño que estáis haciendo al convencer a gente de que no se vacune de forma sistemática, gente que es fácilmente influenciable por situaciones como las vuestras. Tenemos ejemplos en países cercanos con coberturas vacunales inferiores a las nuestras con tasas de mortalidad elevadas por algunas enfermedades que en este país son meramente testimoniales.

Estáis haciendo mas daño vosotros ahora que las vacunas en sí. Insisto, dais mucha pena".
Os dejo la contestación de AxV, escrita por su presidente, Federico S-Apellániz, padre de Luca cuyo caso -y otros- podéis leer en la sección Quienes somos de la citada web:
Apreciado S.,

en primer lugar quiero darte las gracias por tus comentarios. Siempre son bienvenidas todas las opiniones pues, secunden o no nuestra causa, creemos que podemos extraer una enseñanza de todas ellas.

Nos alegramos enormemente de que nuestro mensaje haya llegado a oídos de especialistas como tú que, comprometidos con su labor, tratan de defender la postura que consideran más beneficiosa para los pacientes. Eso siempre es de agradecer.

Asimismo, decirte que nos alegramos de que tus tres hijos se encuentres sanos; como bien dices, la pérdida de un hijo y/o el sufrimiento de su enfermedad es lo peor que puede vivir una persona; pero mis palabras se quedan cortas para tratar de explicar lo doloroso que es. Sólo el vivir algo así puede hacerte entenderlo.

Por tus palabras entendemos que, pese a dar cabida a los posibles efectos adversos causados por vacunas, nunca te has encontrado en tus años de experiencia con un caso de esta índole (corrígeme si me equivoco, por favor. En ese caso, de hecho, me resultaría muy interesante me pudieras dar tu opinión al respecto).

En cuanto a lo que nos dices, quisiera aclarar algunos puntos, ya que me temo no estar siendo claro en nuestro mensaje y no quisiera crear confusión. En ningún momento estamos alentando a la población a no vacunar. Nosotros no somos radicales antivacunas; de hecho ¡vacunamos a nuestro hijo! Sabemos de padres que, aún sin haber tenido antecedentes ni casos cercanos de problemas con las vacunas, deciden no vacunarlos. Pero no fue ese nuestro caso.
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Luca, en el centro, con sus padres.
Entendíamos, como tú, que las vacunas son necesarias por el bien individual y común. Al igual que como ha ocurrido con tus hijos, o con los de todos nuestros amigos y conocidos, las vacunas no tenían que haber sido sino una garantía de salud futura para nuestro pequeño.

Pero resultó que en nuestro caso no fue así. Fuimos uno de esos casos de pequeño porcentaje que aparece en el prospecto en el apartado de Reacciones Adversas.

Lo mismo que, como bien dices, podía haberle pasado con otro medicamento, como con el paracetamol. Pero en el caso de Luca, fueron las vacunas y le costó la vida.

Nuestra historia, como la del resto de padres de la Asociación, es real. Que las vacunas pueden causar efectos adversos es una realidad que tú mismo admites. No estamos inventando nada. Lo único que pretendemos es evitar en lo posible que más familias sufran lo que vivimos nosotros.

NO DESACONSEJANDO DE MANERA SISTEMÁTICA LA VACUNACIÓN, SINO TENIENDO EN CUENTA CIERTAS PRECAUCIONES QUE DE ENTRADA VIENEN ESPECIFICADAS POR LOS MISMOS LABORATORIOS.

Si tu hijo padece una arritmia y un día el médico le receta un medicamento para una dolencia determinada, en cuyo prospecto avisa claramente que no debe administrarse a personas con problemas cardíacos ¿se lo darías? Imagino que no. Si un conocido tuyo se encontrara en tu misma situación, ¿tratarías de avisarle para evitarle un daño a su hijo? ¿Y si fueran muchos hijos de muchos conocidos?

Los daños que, aunque en un bajo porcentaje (según los datos recogidos por Farmacovigilancia y que no responden a la realidad, ya que en muchos de los casos los sanitarios no dan parte de estos) pueden causar las vacunas, son tan graves, que merece la pena al menos saber las precauciones a tener en cuenta. Consideramos que dicha responsabilidad debería realmente recaer en los expertos sanitarios.

Aunque un padre tenga por costumbre leer el prospecto de todas las medicinas que administre a sus hijos, en el caso de las vacunas, que son suministradas por la Seguridad Social, no tienen de entrada acceso a dicha información (dudo si quiera que haya un prospecto de cada tipo de vacuna en la consulta del enfermero de turno). Es por este motivo que en el caso de las vacunas existe esa desinformación. Porque el problema es de base.

Hemos podido comprobar el gran desconocimiento de los sanitarios que, pese a obrar con buena voluntad, pueden ser negligentes por una terrible falta de información. Si a la hora de vacunar a un niño el enfermero simplemente preguntara a los padres si ha observado en su hijo algún síntoma de los que se asocian a posible trastorno neurológico, se evitarían de entrada muchos daños innecesarios, hasta estudiar de manera profunda a ese niño, TAL Y COMO ACONSEJAN LOS PROSPECTOS.

Es lo mismo que cuando te van a realizar un TAC. Unas preguntas de rutina para evitar posibles riesgos. Entendemos que muchas veces las consultas están tan saturadas que es complicado apreciar una leve patología, pero los padres sí conocen bien a sus hijos y pasan 24 horas con ellos. Si el niño tiene alguna alteración y se les pone sobreaviso, quizá se evite alguna desgracia. El problema es que de entrada la mayoría de sanitarios desconocen las pautas indicadas en los prospectos. Con decirte que el mismo Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría aconseja vacunar aún en caso de hipotonía.

Esto es lo que no se puede consentir. Los ciudadanos confiamos en nuestros médicos y profesionales sanitarios y su falta de rigor no puede suponer un fallo tan grave. Hablamos de vidas".