No fue una orca ni un cachalote. Ni tampoco un Kraken... o Godzilla. Ayer os hablamos por aquí de cómo investigadores australianos habían dado con un extraño fenómeno: un tiburón blanco de casi tres metros devorado por un misterioso depredador. Los investigadores estaban confundidos, ¿qué animal tendría la fuerza para matar a su vez a uno de los más grandes depredadores del océano? Ya saben la respuesta.
tiburón
© Desconocido

Según los investigadores, se trata de un "colosal tiburón blanco caníbal". Es decir, un tiburón blanco asesinado por otro tiburón blanco aún mayor. Calculan que tendría casi 5 metros de largo y podría pesar hasta dos toneladas.

Encontramos el vídeo inicial del caso en YouTube, el documental The Search for the Ocean's Super Predator, producido por la Australian Broadcasting Corporation. Resulta que el canal Smithsonian Channel lo había adaptado en otro documental llamado Hunt for the Super Predator.


El documental inicial narra la iniciativa científica de analizar y catalogar los tiburones blancos de Australia y de buscar el depredador del tiburón de casi tres metros devorado de forma misteriosa durante el proyecto. Os explicamos el caso aquí. Fue solo después de estudiar los hábitos de los nuevos tiburones que llegaban al área donde el de 3 metros fue devorado que finalmente dieron con la respuesta.

Los científicos aseguran que los nuevos datos recabados coinciden y explican los del transmisor instalado en el cuerpo del animal devorado. La temperatura que registró el transmisor coincidía con la del gran tiburón de casi cinco metros y, dado su peso y tamaño, este podría fácilmente arrastrar a su presa a la velocidad y trayectoria que indicó el aparato.

Tiene sentido: el único animal, o casi, que podría asesinar un tiburón blanco de 3 metros es en realidad otro tiburón blanco aún mayor. Dos metros más grande. El motivo de por qué un tiburón atacaría y devoraría a otro de su especie es más difícil de explicar. Los investigadores señalan en el documental a teorías como una disputa territorial o a un ataque inducido por el hambre. Aunque, al final, apuntan a la hipótesis más simple y que sirve para explicar la naturaleza: el tiburón grande siempre se come al pequeño.