El paso del tifón Rammasun por Filipinas ha dejado al menos 94 muertos, 317 heridos, seis desaparecidos y más de 500 mil desplazados, según un balance difundido hoy por el gobierno en momentos en que el país se prepara para la llegada de otra tormenta.
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© TvnotasTras el paso de Rammasun, Filipinas se prepara para la llegada de otro tifón, el Matmo.
En la región de Calabarzon, en el sur de Manila, ocurrió la mayoría de los decesos, 76, a causa -sobretodo- de la caída de árboles, techos y muros, informó el Consejo de Gestión y Reducción de Riesgo de Desastres de Filipinas.

El tifón, llamado Glenda por las autoridades filipinas, azotó el jueves y viernes pasados el archipiélago, provocando numerosos daños materiales y cortes en el suministro de energía eléctrica que afectaron a 1.6 millones de personas.

Además, más de 100 mil casas fueron dañadas y destruidas en Ilocos, Central Luzón, Calabarzon, Palawan, Bicol, Visayas Oriental y la región de la Capital Nacional, según el diario The Manila Times.

Después de Filipinas, el tifón Rammasun se dirigió el sábado al norte de Vietnam, donde causó daños materiales en la provincia de Quang Ninh, pero sin provocar víctimas mortales.

Enseguida, continuó su trayectoria hacia el sur de China, donde ya provocó 18 muertos y afectó a más de 3.3 millones de personas en la isla de Hainan y la provincia de Cantón, así como en la región autónoma de Guangxi.

Tras el paso de Rammasun, Filipinas se prepara para la llegada de otro tifón, el Matmo, que se encuentra a unos 400 kilómetros al este de la provincia filipina de Samar Oriental.

Sin embargo, el servicio meteorológico filipino PAGASA, que ha bautizado esta nueva tormenta como Henry, no ha emitido ninguna alerta por Matmo, debido a que se está debilitando y podría convertirse en tormenta tropical.

Filipinas fue golpeada por Rammasun cuando apenas se está recuperando de los efectos del devastador tifón Haiyan, que en noviembre de 2013 causó la muerte de más de seis mil 200 personas y dejó más de cuatro millones de desplazados.

Cada año, entre 15 y 20 tifones llegan a Filipinas, un archipiélago del sureste asiático que suele ser el primer punto de entrada de las tempestades que se forman en las aguas calientes del Pacífico.