La batalla contra el Estado Islámico ha dado un giro inesperado en los últimos días, después de que el PKK, grupo tachado de terrorista por EE.UU, se revelara determinante para impedir que los milicianos tomaran Erbil, capital del Kurdistán iraquí.
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© Reuters Azad Lashkari
Los combatientes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) han ayudado en los últimos días a las fuerzas kurdas, llamadas 'peshmerga', apoyadas por los ataques aéreos de EE.UU., a impedir el avance del Estado Islámico hacia Erbil, según el portal The Wire.

"Las visitas a las posiciones de primera línea este lunes dejaron claro que la afluencia de combatientes vinculados al Partido de los Trabajadores Kurdos, conocido como PKK por sus iniciales en kurdo, jugó un papel importante para expulsar al Estado Islámico de áreas clave, a tan solo unos 30 minutos en coche de Erbil", explica el periodista estadounidense Mitchell Prothero.

A su juicio, sin su participación Erbil podría haber caído tras semanas de inacción por parte de Washington.

Esta ayuda sería muy bienvenida por EE.UU. si el grupo no hubiera sido calificado por Washington y algunos otros países de Occidente de grupo terrorista por haber librado una batalla por la independencia de la parte kurda (este y sureste) de Turquía. A pesar de que el grupo firmó un alto el fuego el pasado marzo, todavía sigue con la etiqueta de terrorista.

Charles Lister, investigador de grupos insurgentes en el Centro Brookings de Doha (Qatar), escribió un su cuenta de Twitter: "Resulta profundamente irónico que el PKK (calificado por Estados Unidos como una organización terrorista) sea la fuerza más eficaz contra el Estado Islámico (respaldada por los ataques estadounidenses)".