Más de 22.000 personas han abandonado las zonas de combate en Donetsk y Lugansk entre el lunes y viernes pasados, según informó la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.

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En la guerra que se libra en el este de Ucrania no hay distinción entre militares y civiles. Durante los últimos días, los habitantes de Lugansk y Donetsk han visto como diariamente el Ejército ucraniano destruye sus casas.

La ONU estima que cada día unas 1.000 personas huyen del conflicto armado en el este de Ucrania.

Sin embargo, hay quienes deben hacer justamente lo contrario: regresar a la zona de combates.

"Yo voy a Lugansk porque allí están mi marido y mi cuñado; las otras mujeres van allí porque están sus padres y quieren asegurarse de que siguen con vida. Les llevan bolsas de comida, porque allí ahora hay muchos problemas para obtenerla", contó Natasha Romaniuk, una residente local desplazada por el conflicto.

Junto a otras mujeres que comparten su misma situación, Natasha compró el boleto de autobús para realizar esa ruta. Sin embargo, llevan cuatro días varadas en un puesto fronterizo ruso-ucraniano.

"El autobús no puede avanzar porque detrás de Krasnodon, muy cerca de Lugansk, se producen combates y las milicias creen que es peligroso cruzar el territorio que está ocupado por las tropas ucranianas. Allí hay fuego de artillería y ellos no van a fijarse en si es un autobús neutral", relató la mujer.

El cruce fronterizo de Donetsk se ha convertido en una zona de alta tensión después de ser propuesto como sitio de paso para el convoy de ayuda humanitaria enviado por Rusia a los habitantes del este de Ucrania.

Sin embargo, antes de que Kiev, Moscú y la Cruz Roja llegaran a un acuerdo sobre el envío del convoy con la asistencia, en la prensa circularon versiones sobre la posibilidad de que no se tratara precisamente de ayuda humanitaria.


Comentario: Y esta suposición ha sido difundida en occidente como un hecho, aunque haya evidencia de los contrario:

Propaganda: Rusia envía convoy humanitario a Ucrania, ¿y así se lo agradecen?


Todos los días desde que están varadas en la frontera ruso-ucraniana, una de las mujeres se acerca al puesto de control para conocer si ya cesaron los combates y proseguir su camino hacia Lugansk.

Aunque allí están fuera de peligro, temen por sus familiares y quieren reunirse con ellos cuanto antes.

"En Lugansk la gente está sin agua y electricidad, no hay alimentos ni tampoco servicio telefónico desde hace diez días. No sé qué pasa con mi casa. Antes de irme, un proyectil destruyó parte del edificio vecino. Bombardeaban la escuela", relató otra desplazada, Anna.

Ellas conocen de primera mano cual es la situación en Lugansk. Quizás desconozcan que organismos como la ONU afirman que durante las últimas dos semanas el número de víctimas a causa de los combates se ha duplicado superando las 2.000.

Sin embargo, después de escucharlas queda claro que, pese a ese escenario, quieren volver.

"Nosotros nos quedaremos en Lugansk, es nuestra ciudad, es nuestra tierra", afirmó Natasha Romaniuk.