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Más de 300 civiles han muerto desde el pasado mes de mayo en la región de Lugansk, ubicada en el este de Ucrania, a causa de los ataques del gobierno títere ucraniano, según ha denunciado este lunes Human Rights Watch (HRW).

En una visita a Lugansk realizada entre los días 20 y 22 de agosto, HRW entrevistó a más de una decena de testigos y víctimas áreas pobladas, según los cuales los ataques en esta zona serían indiscriminados.

El investigador jefe de emergencias de HRW, Ole Solvang, ha explicado que, a pesar de que la información disponible sobre la situación de Lugansk es menor que la de otras zonas del este, lo cierto es que los residentes están sometidos a bombardeos diarios, en su mayor parte aparentemente ilegales.

La ONG ha indicado que los ataques son ilegales, entre otras cosas, por el tipo de armamento utilizado, que no permite diferenciar entre civiles y objetivos militares.

A este respecto, ha detallado que encontró cohetes Grad de 122 mm, cohetes Smerch de 300 mm y municiones de racimo lanzadas por cohetes Uragan de 220 mm, así como proyectiles de artillería de varios calibres, hasta los 152 mm.