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Los aliados de EE.UU. no parecen muy entusiasmados con el plan de bombardear Siria e Irak anunciado recientemente por el presidente estadounidense, Barack Obama.

Turquía ha rechazado sumarse a las 10 naciones árabes que lucharán contra los militantes del Estado Islámico (EI) que actúan en Siria e Irak.

Turquía, miembro de la OTAN, tiene fronteras tanto con Siria como con Irak en el norte, pero no permitirá a EE.UU. usar sus bases para los ataques al EI. "Turquía no participará en operaciones armadas, sino que se concentrará en las operaciones humanitarias", informó un oficial bajo condición de anonimato, quien añadió que Ankara ni siquiera proporcionará armas para nadie que luche contra el EI.

El oficial explicó que las manos de Turquía están atadas porque el EI tiene secuestrados a 49 ciudadanos de Turquía, entre ellos algunos diplomáticos y sus familiares, quienes fueron capturados en un ataque al consulado turco en Mosul en junio.

Aparte de ello, Turquía tiene otros puntos que considerar. El armamento podría acabar en las manos del Partido de Trabajadores del Kurdistán, organización que lucha por la independencia de los kurdos y considerada como terrorista en Ankara.

El flujo de armas a la zona preocupa a otro vecino a Siria e Irak: Jordania. Este país está preocupado por los planes de Washington de armar a las unidades moderadas del Ejército Libre Sirio. La idea inicial es armar a estos grupos para que puedan luchar tanto contra el Estado Islámico, como con el Gobierno de Bashar al Assad. Sin embargo, como reveló un alto funcionario jordano, Ammán considera al Ejército Libre Sirio ideológicamente cercano al Frente al-Nusra, vinculado a Al Qaeda, y al mismo Estado Islámico.

Aparte de estos estados orientales, Alemania ha declarado que no va a participar en los bombardeos planeados por EE.UU. contra el EI en Siria. "El Gobierno alemán está muy preocupado por las medidas para la estabilización de la región, pero la participación en ataques aéreos está fuera de consideración", dijo la secretaria de prensa de la canciller alemana Angela Merkel, Christiane Wirtz.

Aparte de consideraciones prácticas, existen las legales. Mientras Irak ha invitado y aprobado las acciones militares en su territorio, el Gobierno sirio ha anunciado que considerará cualquier acción sin su autorización como un acto de agresión. Washington ha dicho que no va solicitar permiso.

Obtener consentimiento del Consejo de Seguridad de la ONU para los ataques en Siria sería problemático, ya que se requeriría el consentimiento de China y Rusia, ambos con capacidad para vetar la decisión.