Más de 600 antropólogas y antropólogos han firmado un comunicado respaldando el creciente movimiento de boicot a las instituciones académicas israelíes en protesta por las sistemáticas violaciones de los derechos humanos cometidos por Israel contra el pueblo palestino. Estas violaciones, de las que el sistema educativo israelí es cómplice, incluyen negar a la población palestina su derecho a la educación y la libertad académica.

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Las personas firmantes reivindican el compromiso de la Antropología con la lucha anticolonial y los Derechos Humanos.
El texto completo de la declaración y la lista de firmantes se puede encontrar en anthroboycott.wordpress.com.

Comunicado

Nosotras y nosotros, los antropólogos abajo firmantes, expresamos nuestra oposición a las continuas violaciones israelíes de los derechos palestinos, incluyendo la ocupación militar israelí de la Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oriental, y llamamos boicotear las instituciones académicas israelíes que son cómplices de estas violaciones.

El último asalto militar hacia la Franja de Gaza por parte de Israel es un recordatorio de que los gobiernos del mundo y los principales medios de comunicación no son capaces de señalar a Israel como responsable sus de violaciones del derecho internacional. Como comunidad de académicos que estudian los problemas de poder, la opresión y la hegemonía cultural, tenemos la responsabilidad moral de alzar la voz y exigir cuentas a Israel y a nuestros propios gobiernos. Actuar en solidaridad con la sociedad civil palestina continúa una tradición disciplinaria de apoyo a las luchas anticoloniales y por los derechos humanos, que constituye una importante ruptura con la complicidad histórica de la antropología con el colonialismo. Como establece la Asociación Americana de Antropología (AAA), en la Declaración sobre Antropología y Derechos Humanos de 1999, la "Antropología como profesión está comprometida con la promoción y protección del derecho de las personas y de los pueblos en todas partes para la realización plena de su humanidad (...). Cuando cualquier cultura o sociedad niega o permite la negación de tal oportunidad de cualquiera de sus miembros o de otros, la AAA tiene la responsabilidad ética de protestar y oponerse a dicha privación".

Como trabajadoras y trabajadores de instituciones de educación superior, tenemos una responsabilidad especial de oponernos a estas sistemáticas y generalizadas violaciones de Israel del derecho a la educación superior de los palestinos a ambos lados de la Línea Verde. En los últimos meses, las fuerzas israelíes han atacado la Universidad Al Quds de Jerusalén, la Universidad Árabe Americana en Jenin, y la Universidad de Birzeit cerca de Ramallah. En el asalto de este verano, el bombardeo aéreo israelí destruyó gran parte de la Universidad Islámica de Gaza. De forma generalizada, el estado de Israel discrimina a los estudiantes palestinos en las universidades israelíes y aísla la academia palestina, entre otras tácticas, prohibiendo que académicos visiten las instituciones palestinas en Gaza y Cisjordania. También estamos alarmados por la larga historia de confiscaciones de archivos palestinos y la destrucción de las bibliotecas y centros de investigación.

Las instituciones académicas israelíes son cómplices de la ocupación y la opresión de los palestinos. La Universidad de Tel Aviv, la Universidad Hebrea de Jerusalén, la Universidad Bar Ilan, la Universidad de Haifa, Technion y la Universidad Ben Gurion han declarado públicamente su apoyo incondicional a los militares israelíes. Además, existen íntimas conexiones entre las instituciones académicas israelíes y los militares, la seguridad y los establecimientos políticos en Israel. Para citar sólo un ejemplo: la Universidad de Tel Aviv está implicada directamente, a través de su Instituto de Estudios de Seguridad Nacional (INSS), en el desarrollo de la Doctrina Dahiya, adoptada por el ejército israelí en sus ataques contra el Líbano en 2006 y en Gaza este verano. La Doctrina Dahiya aboga por la extensa destrucción de la infraestructura civil y el "sufrimiento intenso" entre la población civil como una herramienta "eficaz" para someter a la resistencia.

Como antropólogos, nos sentimos obligados a unirnos a los académicos de todo el mundo que apoyan el llamado palestino al boicot de las instituciones académicas israelíes. Este llamado forma parte del llamamiento realizado por organizaciones de la sociedad civil palestina a implementar de forma completa el Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS) a Israel, y está apoyado por la Federación Palestina de Sindicatos de Profesores y Empleados Universitarios (PFUUPE, por sus siglas en inglés).

En respuesta al llamado palestino, buscamos practicar lo que la AAA llama una "antropología comprometida" que está enfocada en "apoyar los esfuerzos de cambio social que surgen de la interacción entre los objetivos de la comunidad y la investigación antropológica". La investigación antropológica ha iluminado los efectos destructivos de la ocupación israelí en la sociedad palestina. Y la comunidad palestina ha llamado a un boicot académico a Israel como un paso necesario para garantizar los derechos palestinos, incluido el derecho a la educación.

De acuerdo con estos principios establecidos en favor de los derechos y de la justicia, antropólogos, tanto de forma independiente como a través de la AAA, hemos tomado posiciones sobre una serie de cuestiones: el apartheid en Sudáfrica, Namibia y Burundi; la violencia contra la población civil en la antigua Yugoslavia y Pakistán; la violencia contra las poblaciones indígenas y las minorías en Chile, Brasil y Bulgaria; el uso de la tortura; el golpe de Estado de Pinochet en Chile; y el uso mal intencionado del conocimiento antropológico en el Sistema de Terreno Humano del ejército de los EE.UU. Como organización, la AAA también ha participado en boicots en varias ocasiones: del programa Fulbright-Chile en 1975; del Estado de Illinois en 1999; de la cadena de hoteles Hilton en 2004; de Coca-Cola en 2006; y del Estado de Arizona en 2010.

Realizar un boicot a las instituciones académicas israelíes va en la línea de estas acciones anteriores. Nuestra decisión de firmar en forma individual por el boicot académico representa una afirmación concreta y consecuente de nuestro compromiso como antropólogos a la lucha del pueblo palestino.

Siguiendo los pasos del creciente número de asociaciones académicas estadounidenses que han respaldado las resoluciones de boicot, hacemos un llamado a nuestros colegas antropólogos a boicotear a las instituciones académicas israelíes. Dado que las décadas de interacción, la cooperación y la colaboración con las instituciones israelíes no han producido el entendimiento mutuo o terminado con la ocupación militar y sus violaciones, creemos que este boicot es la única forma no violenta de presión que pudiera persuadir a los israelíes para pedir - y actuar para - un cambio significativo que conduciría a una paz justa. Los palestinos deben tener la libertad de asistir a las universidades, en Palestina e internacionalmente, de forma segura. Deben tener una floreciente experiencia educativa inclusiva, integral. Deben tener la libertad de conocer y aprender de académicos de todo el mundo.

Nos comprometemos a no colaborar en proyectos y eventos que involucran instituciones académicas israelíes, a no participar de conferencias y eventos en esas instituciones y no publicar en revistas académicas con sede en Israel. Llamamos a hacerlo hasta que estas instituciones pongan fin a su complicidad en la violación de los derechos palestinos según lo estipulado en el derecho internacional, y respetar todos los derechos de los palestinos, llamando a Israel a que:
  1. Ponga fin al bloqueo de Gaza, la ocupación y colonización de todas las tierras ocupadas desde junio de 1967 y al desmantelamiento de colonias y Muro de Apartheid;
  2. Reconozca los derechos fundamentales de los ciudadanos árabe-palestinos de Israel y de los beduinos del Negev apátridas a la plena igualdad; y
  3. Respete, proteja y promueva los derechos de los refugiados palestinos a regresar a sus hogares y propiedades tal como se estipula en la Resolución 194 de la ONU.
Atentamente,
Los abajo firmantes.