Investigadores de la Queen's University Belfast han descubierto que la musicoterapia podría reducir la depresión en niños y adolescentes con problemas de conducta y emocionales.

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En el estudio, el más grande de su tipo jamás realizado, los investigadores, en colaboración con el Northern Ireland Music Therapy Trust, encontraron que los niños que recibieron terapia musical ofrecían una mejora significativa de la autoestima y una reducción notable de la depresión, en comparación con los que recibieron tratamiento sin musicoterapia. Los científicos también descubrieron que aquellos que recibieron música como tratamiento habían mejorado las habilidades de comunicación e interacción, en comparación con los que recibieron las opciones de tratamiento habituales sin música. Además, estos primeros resultados sugieren que los beneficios podrían mantenerse a largo plazo.

El estudio se realizó en 251 niños y jóvenes. Todos ellos se dividieron en dos grupos: 128 se sometieron a las opciones de tratamiento habituales y otros 123 fueron asignados al tratamiento habitual con la adición de musicoterapia. Todos estaban siendo tratados por problemas emocionales, de desarrollo o de comportamiento.

Eficacia constatada

Según los investigadores, la musicoterapia se ha venido utilizando frecuentemente en niños y jóvenes con necesidades especiales durante varios años, pero esta es la primera vez que se ha constatado su eficacia. También indican que, en su opinión, los resultados son muy llamativos, y subrayan la necesidad de colocar la musicoterapia como opción disponible y fácilmente accesible para el tratamiento de este tipo de problemas.

Lo cierto es que la terapia musical no es algo alternativo. Hoy en día se utiliza en campos muy variados y en todo el mundo: en algunas enfermedades como la psicosis, el autismo, enfermedades psicosomáticas o neurosis; en el ámbito geriátrico; en trastornos como la bulimia y la anorexia; en discapacidades motoras y sensoriales; en procesos de rehabilitación; en el embarazo; en enfermedades terminales; y hasta en cirugía o terapia intensiva.

Y para este tipo de tratamientos son necesariosterapeutas idóneos y formados, que acostumbran a integrarse en equipos interdisciplinarios en hospitales, escuelas o centros comunitarios.

Conciencia de los sentimientos

La American Music Therapy Association afirma que la musicoterapia permite a las personas con depresión ser más conscientes de sus sentimientos, conectar más con sus emociones y experimentar cambios positivos en el estado de ánimo. De acuerdo con la entidad, los musicoterapeutas utilizan las respuestas musicales de las personas para evaluar su estado de salud mental a través de una serie de variables, incluyendo, entre otras, la integración social, las habilidades de comunicación y el comportamiento cognitivo.

En 2011, un artículo publicado en British Journal of Psychiatry y realizado en 79 personas ya afirmaba los beneficios de la musicoterapia como tratamiento complementario en la depresión. En ese caso no se centraron en la adolescencia, sino en la edad adulta. En ese momento se centraron en dos formas de musicoterapia concretas: receptiva y activa.

En la forma receptiva, los pacientes escuchan música y pueden realizar alguna actividad mientras lo hacen (relajarse, meditar, moverse, dibujar o recordar el pasado). El supuesto mecanismo de acción que se produce en la musicoterapia receptiva es que diferentes tipos de estímulos musicales inducen directamente cambios físicos y emocionales. Pues bien, se sugirió que esta forma de musicoterapia puede ayudar a reducir el estrés, aliviar el dolor yenergizar el cuerpo.

En el modelo activo, el musicoterapeuta utiliza técnicas clínicas de improvisación para estimular, guiar o responder al paciente que puede utilizar su voz o el instrumento musical que prefiera dentro de su capacidad. Los pacientes también pueden traer canciones escritas por ellos mismos u otras personas. El supuesto mecanismo de acción aquí es que la relación musical creada entre el musicoterapeuta y el paciente permite al segundo experimentarse a sí mismo de otro modo y profundizar en sus problemas relacionales y emocionales.

Fuente | Sciencedaily