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Luego de la celebración de elecciones en las regiones separatistas del este de Ucrania, el gobierno de Kiev recurrió, no por primera vez, a la táctica de gritar "ahí viene el lobo" acusando a Rusia de una intervención militar.

El vocero militar ucraniano Andrei Lysenko declaró que "una columna con 32 tanques, 16 obuses D-30 y 30 camiones Kamaz con municiones y efectivos" cruzó del territorio ruso hacia la ciudad de Krasni Luch, en la región de Lugansk. Como ha ocurrido en pasadas ocasiones, no se presentaron pruebas.

Según Lysenko, en los últimos días ya había cruzado la frontera un convoy de ferrocarril con medio centenar de tanques T-64 y diez vehículos militares, todos sin distintivos.

Lavrov
© REUTERS / Brendan McDermidEl canciller ruso, Serguéi Lavrov
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, negó la presencia de militares rusos en Ucrania. "Incluso [la portavoz del Departamento de Estado] Jen Psaki dijo que el Departamento de Estado no tiene información al respecto", señaló, añadiendo que Rusia no está involucrada en las negociaciones del cese al fuego entre Kiev y las Repúblicas populares de Donetsk y Lugansk.

Ni la OTAN ni el Pentágono pudieron confirmar la acusación de Kiev.

Por su parte, el presidente ucraniano Petro Poroshenko advirtió a la canciller alemana Angela Merkel que los acuerdos de cese al fuego se ven amenazados. Es un modo curioso de plantear la situación, ya que los combates en el este del país se han intensificado, de acuerdo al Consejo de Seguridad y Defensa Nacional del gobierno de Ucrania. Según su propia información, tres militares ucranianos han muerto y otros catorce han resultado heridos en las últimas 24 horas, en escaramuzas en la llamada "operación antiterrorista" llevada a cabo por Kiev.

Es poco probable que la intención del gobierno de Poroshenko sea asegurar un cese al fuego duradero, considerando la reciente información revelada por la agencia Kriminform, que apunta a un plan de la CIA de crear en Ucrania prisiones parecidas a la de Guantánamo para retener a terroristas del Estado Islámico, mismas que serían usadas por Kiev para detener a sospechosos de participar en las autodefensas de Donbass junto a otras personas no favorecidas por el gobierno.