El hecho de que el módulo de la sonda espacial europea se haya posado sobre un cometa por primera vez en la historia es fruto de una larga misión en la que han colaborado compañías de 14 países
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© DesconocidoEl módulo Philae aterriza sobre la superficie del cometa
"Ha sido una misión perfecta", explica a www.lainformacion.com el portavoz de la Agencia Espacial Europea en España, Javier Ventura.

De pisar la luna a pisar un cometa. La ciencia espacial ha dado hoy un paso gigante la exploración del cosmos y ha cumplido el sueño de miles de científicos europeos. "es uno de los días más felices de mi vida", explica a www.lainformacion.comel portavoz de la Agencia Espacial Europea en España, Javier Ventura.

"Para muchos de nosotros, esta proeza supera lo que pensábamos que llegaríamos a hacer. Realmente tenemos un orgullo extraordinario de haber conseguido algo tan difícil. Hay muchas cosas que podían haber salido mal porque es algo inherente en el espacio", reconoce.

El hecho de que el módulo de la sonda espacial europea se haya posado sobre un cometa por primera vez en la historia es fruto de una larga misión en la que han colaborado compañías de 14 países. En el caso de España, compañías como INTA e instituciones como el Instituto de Astrofísica de Andalucía, la Universidad politécnica de Cataluña o Universidad politécnica de Madrid participan en las operaciones que hacen posible posar un satélite sobre un cometa. "España es el quinto miembro de la Agencia más importante", señala.

Uno de los instrumentos a bordo de la nave que cuenta con colaboración española es la cámara Osiris. Compuesto por dos cámaras de alta resolución, es el encargado de tomar las imágenes de los asteroides así como del núcleo del cometa a lo largo de toda la misión. "Es un orgullo haberlo hecho en Europa y en colaboración española", describe a www.lainformacion.com el experto.

Un viaje de diez años, 3.600 millones de kilómetros recorridos y posarse sobre un cuerpo 4 kilómetros de ancho, con una vida de 4.500 millones de años y que todo funcione es algo sorprendente. "Es algo que nunca ante la humanidad había hecho", subraya.

El resultado de la misión es perfecto, un éxito. A las 10:03 de la mañana se conoció la exitosa noticia que recibieron con alegría los trabajadores de la Agencia Espacial Europea. Tras un viaje de más de una década, el módulo Philae inició la etapa final de su viaje que ha culminado hace unos instantes cuando el Philae se ha posado sobre la superficie de un cometa.

Durante la pasada madrugada, el de la ESA en coordinación con el Centro de Operaciones en Darmstadt (Alemania) han trabajado para preparar el fin de misión. Han llevado a cabo varias maniobras durante la noche para comprobar que los sistemas funcionaban correctamente. EL primera que la nave se situase en la trayectoria correcta. Segundo, que los comandos de separación y la sonda estuvieron preparados para la separación. Tercero, que el robot Philae estuviere listo la separación y para el aterrizaje. Tras una frenética jornada, la alegría se ha apoderado de los miembros de la Agencia Espacial Europea

¿Para qué sirve esta misión? La alegría con la que recibe la comunidad científica esta noticia sorprende a quienes no están tan familiarizados con los misterios del Universo. Desde la Agencia Europea explican porque es tan importante esta hazaña.

"Un cometa es como una cápsula del tiempo", señala. "Es un material que lleva ahí desde hace 4.500 o 4.600 millones de años cuando el sistema solar era una nebulosa y ahora podemos volver a ver de qué estamos hechos".

Otro de los asuntos es estudiar el origen y la posible conexión entre el agua que hay en la tierra y los cometas. "Creemos que gran parte del agua que tenemos en el plantea procede de colisiones con cometas y hay una serie de experimentos que permitirían ratificar esa hipótesis. Por ejemplo, midiendo la cantidad de isotopos", explica a www.lainformacion.com

El 12 de Noviembre de 2014 pasará a la historia como el día en el que la humanidad pisó un cometa por primera vez y también por materializar el esfuerzo de la comunidad científica europea cuyo esfuerzo, lucha y tesón durante más de 20 años le valió este hito científico