Una ojeada al sitio web de la Casa Blanca revela el grado en que el gobierno de Estados Unidos está falseando al calentamiento global. Bajo el titular "Un Plan para Combatir al Cambio Climático", se nos dice que "tenemos una obligación moral de liderar la lucha contra la polución del CO2".

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El presidente Barack Obama está también obligado a informar al pueblo norteamericano acerca del actual estado de este campo tan pobremente comprendido. Lo último que él tendría que estar haciendo es usar al engañoso lenguaje de Greenpeace y David Susuki. Sin embargo eso es lo que la administración hizo concerniente al nuevo acuerdo con China de reducción de gases invernadero.

Un artículo de la Casa Blanca de John Podesta, consejero del presidente, como coautor, y el Dr. John Holdren, el asesor científico de Obama usa de manera repetida el término "polución de carbono" como lo hace Obama en su plan de acción contra el cambio climático.

Pero "polución de carbono" es lo que el diccionario Merrian-Webster define como "lenguaje utilizado para engañar generalmente a través de la ocultación o tergiversación de la verdad." Por "polución de carbono" Obama en realidad quiere decir dióxido de carbono (CO2), un gas invisible, sin olor, del que depende todas las formas de vida.

Los niños de primaria saben que el CO2 no es polución; es un fertilizante aéreo. Por ello es que operadores comerciales de invernaderos conducen su actividad de manera rutinaria con atmósferas interiores de hasta 1.500 partes por millón de CO2, cuya consecuencia es las plantas en su interior crecen mucho más eficientemente que a 400 ppm en la atmósfera fuera de los invernaderos.

Los impactos biológicos, un informe del Panel No-gubernamental del Cambio Climático que cita a más de 1000 estudios con revisión de los pares, documentan el aumento en la productividad de bosques y praderas a medida de que los niveles del CO2 fueron aumentando, no sólo en las décadas recientes sino en los siglos pasados.

El aumento de los niveles de CO2 no imponen un riesgo directo a la salud humana. Las concentraciones de CO2 en los submarinos puede alcanzar niveles bien por arriba de las 10.000 ppm, 25 veces más que los actuales niveles atmosféricos, sin que se registren efectos perjudiciales para las tripulaciones.

Podesta ayudó a guiar las políticas ambientales durante el gobierno de Bill Clinton, y Holdren tiene grados avanzados en ingeniería y física, de manera que es difícil de creer que ellos no pueden apreciar la verdadera naturaleza del CO2. Aparentemente ellos están llamando al gas "polución de carbono" para inducir al público a pensar que el CO2 es algo sucio, como el grafito o el hollín, sustancias sólidas que sí están compuestas de carbono.

Debería llamarse lo que realmente es - emisiones de dióxido de carbono, impuestos al CO2, tratado sobre el CO2, etc, para ayudarle al público a recordar que, de manera independiente de su impacto sobre el clima, el CO2 es un gas invisible esencial para la fotosíntesis de las plantas.

Ellos también deberían explicarle al público que hoy estamos cerca del nivel más bajo de CO2 en la historia de la Tierra. Durante un período de muchos millones de años, hace unos 440 millones de años atrás, el CO2 tenía niveles de 1400 por ciento de los niveles actuales mientras que la Tierra estaba atrapada en el período más frío de los últimos 500 millones de años. En otras épocas, hacía calor cuando los niveles de CO2 eran elevados. En otras épocas, no era ni desusadamente caliente o ni frío.

El registro geológico indica que las temperaturas no están controladas por el CO2. No es sorprendente, pero tampoco hay algún indicio de cualquier calentamiento inducido por el CO2 en los invernaderos.

Fuera del derroche de miles de millones de dólares y la pérdida de cientos de miles de trabajos, hay otra tragedia en desarrollo. Como resultado de una injustificada confianza en que sabemos el futuro del clima, y, aún más escandalosamente, que la humanidad puede controlarlo, hay relativamente poco dinero disponible para ayudar a los pobres para adaptarse hoy al cambio climático.

Del aproximadamente $1.000 millones de dólares que se gastan diariamente en todo el mundo en las finanzas del clima, nada más que el 6% se dedica a ayudar a las sociedades vulnerables a adaptarse a un cambio del clima. El resto es dedicado a tratar de detener eventos climáticos que podrían suceder algún día - o no.
Tom Harris es director ejecutivo de la Coalición Internacional del Cambio Climático, con base en Ottawa, Canadá.