La sal, junto al azúcar, parecen haberse convertido en el enemigo público número uno e nuestra dieta actual. Y no porque sean perjudiciales en si mismos, ya que son dos componentes esenciales y necesarios de toda dieta, sino porque no sabemos controlar nada bien las cantidades de estos nutrientes, ni de muchos otros. De hecho, en algunos países se llega a consumir del doble de sal, o el doble de azúcar, sobrepasando con creces los límites recomendados por la OMS.
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Pero... ¿y si la sal tuviese funciones que desconocíamos hasta ahora? Siempre manteniendo cantidades moderadas, claro está.


Las propiedades antimicrobianas de la sal


Siempre hemos relacionado los excesos de sal con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca o ictus (aunque algún estudio reciente afirma que la sal no provoca hipertensión), pero evidentemente esto se debe precisamente a nuestra nula voluntad por controlar las cantidades, pues en una cantidad limitada y moderada estos eventos cardio y cerebrovasculares no deberían suceder.

Ahora bien, ¿qué ventajas tiene la sal para el organismo? Como ya sabéis, la sal se compone de sodio y cloro (NaCl), y justamente el sodio es un mineral imprescindible para la vida. Lo que no sabíamos es lo que nos trae un nuevo estudio publicado en Cell Metabolism: La sal podría ser un potente antimicrobiano.

Al menos así se afirma en la investigación realizada en ratones, los cuales fueron alimentados con una dieta alta en sal, produciendo acumulación de sodio en su piel, y elevando así su respuesta inmune contra un parásito.

Así lo comenta Jonathan Jantsch, microbiólogo alemán y responsable del estudio:
"Hasta ahora, se ha considerado la sal como un factor dietético perjudicial; se sabe claramente que es perjudicial para las enfermedades cardiovasculares y estudios recientes han señalado su papel en el empeoramiento de enfermedades autoinmunes. Nuestro estudio desafía esta visión unilateral y sugiere que el aumento de la acumullaón de sales en los lugares de infección podría ser una antigua estrategia para prevenir infecciones, mucho antes de que se inventaran los antibióticos"
Por su lado, Jens Titze, de la Universidad de Vanderbiit (Estados Unidos), ya había investigado con sus colaboradores el exceso de sodio en la piel infectada de ratones que habían sido mordidos por sus compañeros de jaula. Así pues, se asoció con Jantsch para examinar la relación entre la sal y las infecciones.

La acumulación de sal con propiedades autoinmunes
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Resultó que estos investigadores detectaron, tanto en ratones como en humanos, que las áreas infectadas de la piel también contenían una elevada cantidad de sodio. Por ello, dieron una dieta alta en sal a ratones, lo cual pareció impulsar la actividad de los macrófagos, unas células inmunes que promueven la curación de las heridas (en este caso en las patas delos ratones, defendiéndolos del parásito Leishmania major).

De momento el proceso por el cual se produce esto se desconoce, pero en un los científicos ya tienen pensado estudiar cómo se acumula la sal en la piel, cómo puede desencadenar la respuesta inmune, y por qué los adultos de edad avanzada tienen más cantidad de sodio en su piel.

De momento, conociendo que los excesos de sal son perjudiciales, aún no es recomendable cambiar los limites de sal en la dieta bajo ningún concepto, pero los investigadores opinan que la aplicación de apósitos ricos en sodio sobre heridas en la piel podría ser beneficioso, y también debería tenerse en cuenta como opción de suplementación en los tratamientos e individuos con insuficiencia salina, por ejemplo.
Fuente | Cell Metabolism.