Natalya Pasternak, de 55 años, tiene suerte de estar viva. Salió con una amiga para recoger savia de abedul por un bosque de la región de Amur del Extremo Oriente ruso, cuando su perro empezó a ladrar de forma poco habitual. En ese momento, apareció un oso pero ya era tarde. Trató de huir. Su amigo lo logró y avisó a las autoridades. Los equipos de rescate comenzaron la búsqueda y la encontraron bajo tierra, semienterrada y tapada con un manto de hojas.
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Imagen del oso después de ser abatido.
Según informa "Siberian Times", Pasternak se salvó porque el animal pensó que estaba muerta. Luego trató de enterrarla como si la guardara para su próxima comida.

Cuando los equipos de rescate la encontraron, estaba gravemente herida, aunque todavía podía moverse. Su delicada salud ha impedido su traslado a un hospital. Andrey Kozlov, el médico jefe del hospital del distrito de Tynda, dijo que el tratamiento probablemente será largo y complicado, ya que el problema principal es que la microflora en los dientes de los animales salvajes conduce a complicaciones sépticas. Natalya está viva, consciente y en estado de shock, según fuentes del centro médico en el que permanece ingresada.

Marina Gulevich, viceministro de Salud de la región de Amur, comentó: "La paciente no puede ser trasladada. De momento, se le ha desconectado y respira por sí misma".

Sergei Ivanov, un experto para la Protección de la Fauna de la región de Amur, abatió al oso y fue el primero en encontrarse con la mujer y lo primero que le preguntó fue «¿Mataste el oso?» Después llamo a una ambulancia y a la policía. Debió pasar una hora desde el ataque hasta que llegó Ivanov. "Sólo conservaba la ropa interior, su ropa estaba destrozada.
'La segunda mujer también fue atacada por el oso. Tenía arañazos en la espalda. Podemos decir que escapó milagrosamente de las garras de la bestia. En otros casos, nunca las hubiéramos encontrado", añadió Ivanov.
El lugar donde ocurrió el accidente es la zona de bosque en las afueras de Tynda y los expertos de caza se han sorprendido de que el oso atacara dentro de los límites de la ciudad. Nikolai Stepanov, jefe adjunto del departamento de Protección de la Fauna en la región de Amur, especuló con que el perro pudo haber sido el responsable del ataque. "En el bosque es mejor llevar perros con una correa y no dejarlos ir. Si ver a un animal salvaje, empiezan a ladrar pero luego se asustan y se refugian detrás de su propietario. Por lo que puede pasar que una mascota arrastre a un oso enfadado junto a su dueño".