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© La Prensa El Mercurio usado en la mezcla de las calzas de plata es un metal tóxico que se infiltra al cuerpo y afecta el sistema nervioso.
¿A quién se le ocurriría que ir al odontólogo a remover una simple caries se podría convertir en un problema mayor para la salud?

Problemas de salud como inestabilidad emocional, deficiencia del crecimiento durante el desarrollo fetal, problemas de concentración hasta retraso en el desarrollo durante la infancia, son algunos de los efectos que se asocian al mercurio utilizado en clínicas odontológicas.

El mercurio se utiliza en la mezcla para calzar las piezas dentales afectadas con caries. Las amalgamas o las conocidas calzas de plata son una mezcla de zinc, estaño, plata y mercurio, este último con una proporción de 50 por ciento en la mezcla tiene la función de alear (unir) todos los metales y es altamente perjudicial para salud, así lo han manifestado especialistas de la Organización Mundial de la Salud.

A pesar de haberse empezado a utilizar desde hace más de 150 años y tener pocas evidencias de los daños en la salud, nadie niega que el mercurio representa un peligro para la salud, dijo la odontóloga Francis María Barreto, del Centro de Especialidades Dentales.

"Pacientes que tienen la mayoría de sus piezas calzadas con amalgamas enfrentan afectaciones a nivel del sistema nervioso, cefaleas, problemas de comportamiento, irritabilidad y nerviosismo, sin embargo en Nicaragua no se han realizado estudios específicos a pacientes con amalgamas", agregó Barreto. Aseguró que aún las empresas que comercializan el mercurio han dejado claro sobre los posibles daños por intoxicación con mercurio.

El principal problema es que el mercurio una vez instalado en las piezas dentales causa daños "silenciosos y paulatinos", porque los gases que se desprenden de las piezas no destilan olor, ni hedor, no es posible percibir qué nos está afectando y los problemas no se ven inmediatamente después que te calzas una muela, destacó Barreto.

Al respecto, Johana Caldera, presidenta del Colegio Odontológico Nicaragüense, reconoció que el mercurio usado en odontología es perjudicial a la salud, sin embargo en Nicaragua no se ha realizado ningún estudio concreto y su uso es permitido en cualquier clínica del país.

Metal peligroso

El mercurio es un elemento metálico que ha sido catalogado como un material peligroso, debido a los graves daños que ocasiona a la salud y al medio ambiente. Dadas sus interesantes propiedades químicas, este metal ha sido utilizado ampliamente en la industria y en la medicina. Se une fácilmente con muchos otros metales como el oro o la plata, produciendo amalgamas. El mercurio y sus compuestos pueden ser clasificados según su grado de toxicidad. Los compuestos mercuriales orgánicos son más tóxicos que los vapores de mercurio elemental, siendo estos últimos los que tienen mayor importancia en odontología.

Pruebas en laboratorios

El nivel de toxicidad en seres humanos y otros organismos varía según la forma química, la cantidad, la vía de exposición y la vulnerabilidad de la persona expuesta. Es importante que el Gobierno central encomiende a las autoridades de Salud revisar el uso del mercurio en odontología, realizar estudios en pacientes con varias piezas calzadas y brindar mayor información sobre los posibles daños para la salud.

Si usted tiene más de dos amalgamas o calzas de plata en sus piezas dentales y desea saber la concentración de mercurio en su organismo, hágase una prueba de mercurio en sangre o en orina. Podría encontrar la respuesta a muchos de sus padecimientos.

Las pruebas de mercurio en la sangre las hacen en todos los laboratorios del país. El límite máximo de concentración normal de mercurio en la sangre es de 3 a 4 ug/dl, mientras en la orina se considera normal 25 ug/dl.

La Opinión de la OMS

La Organización Mundial de la Salud (OMS) en su Documento de Política General (2005) dijo que "el mercurio es muy tóxico" y puede ser mortal por inhalación y perjudicial por absorción cutánea. Así también concluyó que alrededor del 80 por ciento del vapor de mercurio inhalado pasa a la sangre a través de los pulmones. Puede causar temblores, trastornos de la visión y la audición, parálisis, insomnio, inestabilidad emocional, deficiencia en el crecimiento del feto, problemas de concentración y retraso en el desarrollo durante la infancia.

De igual manera en diversos artículos de la OMS se han reportado que los dentistas (que inhalan los vapores del mercurio diariamente) presentan un aumento de la existencia de síntomas tóxicos, como defectos psicomotores, temblores e insuficiencia de la conductividad nerviosa al músculo.

Según estos artículos, el mercurio deprime al sistema inmunológico, y está relacionado a enfermedades autoinmunes, colitis ulcerosa, Alzheimer, depresión, etc. Además el mercurio incrementa el número y la severidad de las alergias. Otros síntomas son el cansancio, la agresividad y la pérdida de apetito.

Mercurio en el Cuerpo

El mercurio se puede infiltrar al cuerpo a través de tres vías principales:

La primera ocurre cuando desde la cavidad bucal y nasal llegan vapores de mercurio a la circulación sanguínea y, a través de los nervios, directamente al cerebro. El mercurio elemental o metálico de las amalgamas al salir en forma de vapor se transforma una parte en mercurio inorgánico y, por la acción de la flora bucal, otra parte se transforma en el peligroso metilmercurio, según especialistas. Los vapores de mercurio se ingieren parcialmente por los pulmones a través de las vías respiratorias y pasan también a la circulación sanguínea. Puesto que órganos como el hígado, la vesícula biliar, el corazón y los riñones trabajan como un filtro sanguíneo, es aquí donde se almacena principalmente este metal tóxico.

La segunda vía de ingesta del mercurio ocurre cuando se desprenden partículas de amalgama al momento de masticar alimentos y al cepillarse los dientes enérgicamente (y más aún si se rompe y tragamos algún trozo de amalgama). A pesar de que la absorción intestinal del mercurio suele ser como máximo de un 10 por ciento, al llegar al intestino se transforma a metilmercurio (el más peligroso) con la ayuda de la flora intestinal y desde ahí pasa a la circulación sanguínea y por último se almacena en los órganos.

El mercurio también se propaga desde las encías, las raíces dentales y la mandíbula hasta el sistema nervioso central.

Es aún más peligroso cuando hay caries bajo la amalgama o cuando se pone en endodoncias. Los propios fabricantes de amalgamas aconsejan no ponerlas en endodoncias, a mujeres embarazadas (por el peligro para la mujer, pero sobre todo para el feto, pues el ión mercúrico atraviesa la placenta) y no poner amalgamas a niños (porque su sistema inmune aún no está completamente formado) y a personas con serios problemas renales.

Nicaragua sin Ley

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© La PrensaPacientes con más de dos calzas de plata experimentan dolores de cabeza, mareos, entre otros problemas.
En países como Noruega, Suecia, Japón, Dinamarca, Alemania, Francia y Canadá está prohibido el uso de las amalgamas de plata, en el caso de los tres últimos se prohibió utilizarlo en mujeres embarazadas y en niños porque el mercurio traspasa las placentas y afecta el crecimiento del feto y de los niños.

No obstante, en Nicaragua el mercurio puede ser utilizado legalmente en cualquier clínica odontológica. "No hay una ley que diga que no se puede utilizar el mercurio en odontología, ni nada relacionado al tema", dijo José Pallais, de la Comisión de Justicia. El mercurio y sus efectos nunca ha sido discutido en la Asamblea Nacional, agregó.

Tampoco existe una norma que regule la cantidad de mercurio desechado en el alcantarillado por las clínicas odontológicas, ni mucho menos que diga el procedimiento y las condiciones para manipular este metal, a pesar de que el mercurio también es nocivo para el medio ambiente, porque los desechos llegan hasta los ríos, lagos y lagunas a través de las aguas servidas, afectando de esta manera la fauna acuática.

"Todo el material sobrante de las amalgamas se desecha en el lavamanos", expresó la odontóloga Francis Barreto. Aseguró que no conoce una disposición legal que diga que no se debe hacer así. El mercurio en odontología es un tema que no ha pasado de las aulas de clases de los estudiantes de odontología. Así lo recuerda el odontólogo Carlos Urroz: "En clases nos hablaron de los posibles efectos del mercurio".

Sin embargo, para Urroz no hay afectaciones al ser humano porque las concentraciones son mínimas y ni siquiera entran en el torrente sanguíneo.

Casos de Intoxicación

Los más expuestos a sufrir los efectos adversos del mercurio son sin duda los odontólogos, que a diario manipulan este metal para calzar las muelas a sus pacientes. Sin embargo, los pacientes también están expuestos porque a diario se desprenden gases de mercurio de las piezas dentales con amalgamas.

En Dinamarca, por ejemplo, se examinó a 100 hombres y a 100 mujeres, y encontraron un nivel muy alto de mercurio en la sangre, cuando hay más de 4 amalgamas en su dentadura. La Universidad de Tübingen (Alemania), entre 1995 a 1997, clasificó 18 mil pacientes como grupo de alto riesgo (pacientes que llevan calzas de amalgama). El 90 por ciento de estas personas (16,200) resultó positiva la presencia de mercurio, lo que significa que sufren en un grado más o menos grave una intoxicación por el mercurio.

Sin embargo, en Nicaragua aún no se realizan estudios para comprobar los efectos del mercurio en la población con amalgamas de plata. Para esta investigación periodística se consultó diferentes fuentes de información y no se encontró estudios o investigaciones sobre el efecto en pacientes que durante mucho tiempo han tenido el mercurio en su boca.

Pocas Alternativas

Los materiales alternativos para evitar el uso del mercurio no están al alcance de la gran mayoría de los nicaragüenses, puesto que una amalgama de plata cuesta alrededor de 180 córdobas, mientras una calza de porcelana o resina está entre 550 a 980 córdobas.

A pesar de ser más estéticas las resinas, su uso es limitado para personas de escasos recursos por el alto costo. De esta manera, la mayor parte de población nicaragüense es la más vulnerable a ser afectada por el mercurio, por ser quienes padecen más de caries por la falta de uso de productos de higiene bucal y por otro lado las resinas no están al alcance de su bolsillo.

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