Los acontecimientos se desarrollaron frente a un campamento de refugiados instalado en un complejo de edificios abandonado, informa el sitio web de la revista 'Focus'.
El viernes por la tarde cerca de 1.000 manifestantes se congregaron para realizar una protesta pacífica en espera de la anunciada llegada de varios autobuses con un total de 120 nuevos refugiados. La manifestación no tenía autorización y había sido convocada por Facebook, detalla la publicación.
Los protestantes llevaban pancartas con los lemas '¡Paren el flujo de inmigrantes!' y gritaban '¡Fuera los extranjeros!'. Los disturbios comenzaron al anochecer. Un grupo de extrema derecha reventó la protesta entonando el cántico 'Somos el pueblo' y atacó el cordón policial arrojando piedras, botellas y artículos pirotécnicos.
First thing that 250 refugees arriving in German #Heidenau saw tonight, was 1000 people demonstrating against them. pic.twitter.com/kYM0c5yKR8— Laura Schneider (@alauraschneider) agosto 21, 2015
31 agentes resultaron heridos, uno de ellos de gravedad, según Der Tagesspiegel. La Policía respondió con gases y granadas aturdidoras. Al haber dispersado la protesta, los agentes pudieron garantizar la entrada el día siguiente de cuatro autobuses con los refugiados. Pero durante la noche las protestas se reanudaron con la participación de aproximadamente 150 derechistas.
La ciudad de Heidenau es la cuna del movimiento antiislámico Pegida, que tomó parte en la protesta junto con un grupo de integrantes del Partido Nacional Demócrata, de extrema derecha.
Comentario: Estas expresiones de racismo colectivo siempre favorecen a los políticos, que en vez de tomar el problema en mano y solucionarlo, permiten que la violencia reine en medio de la población para así poner el punto de mira fuera del verdadero drama, que es el porqué de estas olas de refugiados. De esta manera la mirada se fija en la manifestación y no en los refugiados, su tragedia, su dolor, su desamparo. No les interesa a los políticos que la población sienta compasión por el otro, se despierte a esta realidad que ellos mismos han creado. Lo que cuenta es promover la violencia, la intolerancia y el racismo. Y estos manifestantes delincuentes y xenófobos ayudan a la causa del sistema, que es racista, intolerante y violento.
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