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Acabo de terminar el libro "Nacidos para ser héroes: cómo un audaz grupo de rebeldes redescubrió los secretos perdidos de la fuerza y la resistencia". Su autor es Christopher McDougall, famoso gracias al éxito de su anterior libro, Nacidos para correr.

En su nuevo libro, McDougall detalla los "secretos perdidos" de las capacidades humanas. Y sorprendentemente (o no) tienen un paralelismo claro con la filosofía de Fitness Revolucionario.

Al igual que Nacidos para correr animó a muchos a escapar de la cinta del gimnasio y deshacerse del absurdo calzado deportivo, espero que Nacidos para ser héroes motive a otros tantos a abandonar las típicas rutinas de máquinas, dejar de entrenar como robots, y empezar a entrenar como humanos, o mejor dicho, como héroes.

Aquí va mi resumen del libro.

Cuna de héroes

La historia transcurre en Creta, la cuna de la civilización, el origen de la mitología griega. Los griegos clásicos no se arrodillaban ante santos o promesas de milagros. No seguían mandamientos ni esperaban la llegada de un salvador. Admiraban e intentaban imitar las hazañas de sus héroes: Hércules, Ulises, Perseo, Jasón... Para los griegos, el heroísmo no era una misteriosa virtud interna, sino una serie de habilidades que todos podemos desarrollar y desplegar cuando la situación lo requiera.

Avancemos 2.500 años. Creta durante la segunda guerra mundial. La isla está ocupada por los nazis. La posición estratégica de Creta en el mediterráneo es clave para Hitler. El Führer quiere usarla como punto de tránsito para la invasión alemana de Rusia. A pesar de ser una pequeña isla, habitada principalmente por campesinos, la batalla no fue fácil. Los descendientes de los antiguos héroes plantan cara al poderoso ejército alemán.

En 1944, un pequeño grupo de rebeldes planea lo imposible. Una hazaña digna de Ulises y sus camaradas de La Odisea: secuestrar al general nazi a cargo de la ocupación. Abducirlo desde la fortificada capital sin más armas que sus propios cuerpos.

Para lograrlo, tendrán que hacer uso de los secretos perdidos de la fuerza y la resistencia. Veamos algunos ejemplos.

Entrenar para la vida

Según McDougall, las rutinas clásicas de gimnasio son poco efectivas para mejorar tu cuerpo y, sobre todo, no te preparan para la vida. Como ejemplo, nos cuenta la historia de Georges Hébert.

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Georges era un oficial de la armada francesa, asignado en la isla de Martinica, el París del Caribe. En 1902, una repentina erupción volcánica sembró el terror en la isla. Georges se lanzó en una misión de rescate, salvando numerosas vidas. A pesar de sus esfuerzos el resultado fue devastador: más de 29.000 muertos.

Tras la catástrofe, Hébert fue recibido en Francia como un héroe, pero en su interior, no dejaba de preguntarse cuántas personas habían sido traicionadas por sus propios cuerpos. Cuántos habían muerto innecesariamente por su incapacidad de saltar, correr, arrastrarse o nadar por sus vidas.

Esta reflexión llevó a Hébert a iniciar su verdadera "operación de rescate": recuperar las habilidades físicas ancestrales que sus compatriotas habían perdido por la cómoda vida de ciudad.

Para Hébert, la gente vive en una fantasía letal. Asumen que cuando aceche el peligro alguien vendrá a salvarles, y dejan de depender de sus cuerpos. Olvidan que están diseñados para escalar, saltar, correr, nadar, lanzar y luchar. Nuestro cuerpo es más versátil que el de cualquier otra especie, pero si no usas sus capacidades, las pierdes.

Esta triste situación motivó a Hébert a concebir y difundir su filosofía de entrenamiento, el Método Natural, basado en potenciar nuestras capacidades físicas innatas, e integrarlas con un foco de servicio hacia los demás.

Se trata de ser fuerte para ser útil. De estar preparado para cuando tu vida, o la de otros, dependa de lo que tu cuerpo puede hacer. Esto es lo verdaderamente importante, y no cómo te ves sin camisa.

Por desgracia, la guerra por el físico por encima de la función ganó la batalla, y el largo período de paz tras la segunda guerra mundial hizo olvidar el Método Natural.

En los años 60 hubo tímidos esfuerzos por cambiar esto. Kennedy entendió que un país sólo es tan fuerte como lo sean sus individuos. Se escandalizaba de que la mitad de los reclutas fueran rechazados por baja condición física. Este video refleja la educación física y filosofía que Kennedy promulgaba. Un presidente revolucionario.


Comentario: Vaya, Kennedy de nuevo a la vanguardia de los mejores intereses para los seres humanos.



Tras su asesinato en 1963, ningún presidente ha mostrado interés real por mejorar el estado físico de sus ciudadanos. El ideal griego de un cuerpo ágil y equilibrado murió con él. Ahora se llevaban músculos masivos e inútiles. Las máquinas habían triunfado. El Dianabol pasó a ser más importante que la destreza.

Por suerte, algunos de las enseñanzas de Hérbert y seguidores se mantienen vivas a través de métodos de entrenamiento como MovNat o Parkour. La resistencia continúa.


Aprender a luchar

Creta fue la cuna del Pancracio, el arte de lucha. Los griegos atribuían su invención a Teseo, quien utilizó esta devastadora técnica para derrotar al Minotauro. Pinturas encontradas en varias cuevas de Grecia, hechas hace más de 3.000 años, muestran escenas de esta lucha.

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El objetivo de Pancracio era inflingir el máximo daño posible en el menor tiempo. Sin reglas. En la naturaleza, la autodefensa es una estrategia de supervivencia básica, no un deporte para espectadores.

Alejandro Magno, rey de Macedonia, descubrió el poder del Pancracio cuando su mejor luchador fue derrotado por un rival griego aparentemente más débil. Alejandro entrenó a todo su ejército con los secretos del Pancracio. Con este arma, marchó hacia Persia e India, triunfando en la mayor conquista de la historia.

Según muchos expertos, la llegada de Pancracio a Asia fue la inspiración para muchas artes marciales posteriores, entre ella Wing Chun. ¿Uno de los grandes exponentes de Wing Chun? El propio Bruce Lee. ¿Uno de sus aspectos diferenciales? el control de su fascia.

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Controlar el poder de la fascia

McDougall resume las nuevas investigaciones sobre la fascia. Como vimos hace tiempo, la fascia no es una cubierta pasiva como se pensaba hasta hace poco. Es un sistema circulatorio de la fuerza, con gran poder elástico. Un amplificador de la fuerza generada por los músculos.

Sería absurdo lanzar una flecha con la mano. Utilizas el músculo para tensar el arco y dejas que la energía elástica acumulada en el proceso se libere de golpe, llevando la flecha mucho más lejos que si hubieras usado directamente la potencia de tus músculos. Tu fascia es tu arco.

Una de las ventajas evolutivas del humano respecto a otros primates es su habilidad para lanzar. Un chimpancé es proporcionalmente más fuerte que un hombre, pero es un mal lanzador. Por mucho que entrene, no podrá lanzar un objeto a más de 30-40Km/hora. Un niño de 12 años puede multiplicar por tres esa velocidad.

Esta capacidad fue decisiva en nuestra evolución. Cuando pusimos una punta de piedra al final de un palo nos convertimos en mortales cazadores. Más caza significó más energía, y más energía permitió aumentar nuestro cerebro. Cazar nos hizo humanos. Hoy sabemos que la energía elástica de la fascia jugó un papel fundamental.


Pero la fascia es mucho más que un muelle. Es un complejo órgano sensorial que obtiene información de todo tu cuerpo, tan importante como la vista y el oído.

Controla tu fascia profunda, dice McDougall, y serás capaz de hacer cosas inimaginables.

¿Un ejemplo? el puñetazo a una pulgado de Bruce Lee.


Usar grasa como combustible

Los nazis controlaban las comunicaciones en Creta. La única forma de conexión entre los miembros de la resistencia era a través de las escarpadas montañas de la isla. Los mensajeros recorrían más de 50 Km diarios para entregar su información. No disponían de barritas de cereales, gels de glucosa ni bebidas deportivas. ¿Su poder secreto? La grasa.

Durante décadas, se asumía que la mejor dieta para un atleta de resistencia era alta en carbohidratos. Esta era la recomendación del Dr Tim Noakes, autor de una de las biblias para corredores: "Lore of Running". Los mejores maratonistas del mundo escuchaban con atención al Dr Noakes, y su mensaje era claro: ¡muchos carbohidratos!

Noakes seguía su propia recomendación. Con más de 60 años y más de 30 años con una dieta alta en carbohidrato, seguía corriendo largas distancias, pero nunca había podido eliminar la grasa abdominal, ni tenía un buen nivel de energía considerando el "cuidado" en la alimentación y su elevada actividad física.

Hasta que en una prueba clínica le diagnosticaron prediabetes. Su dieta le había fallado. Indagando, descubrió muchos seguidores de sus guías que habían sufrido el mismo destino. Pidió perdón y lanzó una gran campaña para corregir la información que había promulgado durante décadas.

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Tu cuerpo almacena pocas calorías en forma de glucógeno, pero cientos de miles como reserva de grasa (ya lo vimos hace tiempo). El combustible limitante es por tanto el glucógeno. Cuando se acaba, no puedes seguir. Un héroe debe conservar su preciado glucógeno, obteniendo toda la energía posible de la grasa.

El porcentaje de grasa y glucógeno que quemas en cada momento depende en gran medida de la intensidad del ejercicio (a mayor intensidad más glucógeno), pero también de tu alimentación y de lo eficiente que sea tu organismo a la hora de usar grasa. Si consigues aumentar el % de energía que procede de la grasa, ahorras glucógeno. Si tu misión es transportar mensajes a través de las montañas, conservar glucógeno te puede salvar la vida.

McDougall experimentó el proceso de cetoadaptación, trabajando directamente con el método Maffeton, seguido por triatlonistas legendarios como Mark Allen, seis veces campeón del IronMan. Consiste en restringir los carbohidratos por varias semanas (<50 g/día), manteniendo las pulsaciones bajas durante la carrera. A medida que el cuerpo se acostumbra a quemar más grasa, se aumenta el ritmo, minimizando el consumo de glucógeno. Gráficamente se pretende pasar de la imagen de la izquierda a la de la derecha.
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Noakes no llama a su enfoque bajo en carbohidrato o cetogénico, sino Banting, en honor a William Banting, uno de los primeros divulgadores de las dietas bajas en carbohidrato. Resumen de la filosofía de Tim Noakes:
  1. La resistencia a la insulina es uno de los trastornos metabólicos más frecuentes en la población occidental.
  2. Las personas con resistencia a la insulina que siguen una dieta alta en carbohidrato (la recomendación clásica) mantendrán niveles constantemente elevados de insulina en sangre.
  3. Estas altas concentraciones de insulina (hiperinsulinemia) durante años son la causa directa de muchas enfermedades, entre ellas la diabetes tipo II.
  4. La obesidad es un exceso de acumulación de grasa producido generalmente por esta hiperinsulinemia.
  5. La obesidad no puede ocurrir sin un fallo en el adipostato cerebral que regula el apetito y el nivel energético del organismo.
  6. La disfunción del adipostato está causada por la dieta industrial moderna, alta en productos procesados.
  7. Esta dieta industrial se originó en parte por las equivocadas guías nutricionales de 1977, que demonizaban alimentos naturales (como huevos, carne o mantequilla), abriendo la puerta a productos procesados diseñados para reemplazarlos (productos light, margarina, cereales de desayuno etc).
  8. Para revertir la situación actual, debemos promover el consumo de comida real, facilitando la regulación natural del adipostato y el control hormonal.
Nota: Noakes también reconoce que no todo el mundo necesita una restricción constante de carbohidratos. Como explico en este artículo, hay que personalizar el enfoque. Pero más allá de los macros, el mensaje de comida real es la verdadera clave.

Los antiguos griegos ofrecían las carnes con más grasa a los dioses. Sabían que eran las más valiosas. En el tristemente famoso estudio de los siete países de Ancel Keys, Creta tenía los menores niveles de enfermedad cardiovascular, a pesar de tener mayor consumo de grasa que la Grecia continental y el resto de países del estudio.

Conclusión: los héroes clásicos adoraban la grasa y la dieta mediterránea es más mitológica que real (fue en realidad una estrategia de marketing americana).

El final

¿Qué pasó con nuestro grupo de héroes? Misión cumplida. Secuestraron al general nazi del corazón de la invasión y lo metieron en un barco hacia Egipto.

La fuerte resistencia de los habitantes de Creta retrasó los planes de la invasión alemana de Rusia. Hitler no pudo llegar a Moscú en verano, y sus tropas se enfrentaron al terrible invierno ruso, más letal que cualquier arma. Para muchos historiadores (y el propio Winston Churchill), la resistencia de Creta fue un factor decisivo en la derrota Nazi.

Como digo en el Manual Revolucionario, "nunca dudes que un pequeño grupo de personas inteligentes y comprometidas puede cambiar el mundo. De hecho, es lo único capaz de cambiarlo".

En resumen, un relato inspirador de las hazañas extraordinarias que pueden hacer personas ordinarias cuando el heroísmo llama. Para ello, debes recuperar las habilidades humanas que nos ayudaron a sobrevivir durante millones de años.

Recupera tu héroe interno. Nunca sabes cuándo lo vas a necesitar.

Advertencia

Al igual que Nacidos para correr, el nuevo libro de McDougall trata temas serios, hay mucha investigación detrás, pero tiene un toque sensacionalista. Sus afirmaciones son correctas en general, pero abusa de simplificaciones, válidas en lo global, pero matizables si queremos ser rigurosos. Hay que leerlo con cierto ojo crítico.

Otro posible inconveniente es que intenta combinar demasiados temas en un mismo libro. Los cambios entre uno y otro son a veces confusos. No es fácil integrar en un sólo libro:
  • Historia de la resistencia contra la ocupación nazi.
  • Motivos del fracaso de la industria del fitness actual.
  • Naturaleza del heroísmo, con visiones desde Plutarco hasta Darwin.
  • Su propia aventura tras los pasos de los héroes de Creta.
  • Arqueología y mitología. Las historias que Homero describía en la Ilíada y la Odisea han perdurado durante siglos, fruto de la poderosa imaginación de un gran escritor. ¿O quizá no era todo imaginación? El famoso arqueólogo Schliemann descubrió que estas obras maestras no eran simples fábulas, eran un mapa real. Schliemann dedicó su vida a buscar los tesoros escondidos en dicho mapa. Siguiendo las indicaciones de la Ilíada, descubrió las ciudades de Troya, Micenas y Tirinto.