Los enfrentamientos armados entre azeríes y armenios podrían haber sido fogoneados por el gobierno de Erdogan, como acción indirecta contra Moscú.

Soldados armenios
© APEn la línea roja. Soldados de origen armenio son trasladados en Nagorno Karabaj.
Moscú. El rebrote de la violencia entre azerbaiyanos y armenios, al margen de su evolución inmediata, incorpora el viejo "conflicto congelado" del Alto Karabaj al complicado escenario geoestratégico dominado hoy por las tensiones entre Rusia y Turquía.

Las hostilidades, que han dejado ya decenas de víctimas y que continuaban en las últimas horas, añaden un tercer "punto candente" a la lista de conflictos internacionales en los que Moscú está directamente involucrada. En los otros dos, - del este de Ucrania y Siria - , Rusia mantuvo un doble papel, como parte y árbitro a la vez.

En el caso de Nagorno (Alto) Karabaj, la situación era distinta, pues tanto Rusia como Occidente han intentado en vano a lo largo de los años ayudar a resolver el problema enquistado entre armenios y azerbaiyanos, dos comunidades (una cristiana y otra chiíta) que se enfrentaron en 1988 cuando los armenios de una provincia autónoma quisieron desvincularse de Bakú y subordinarse a Ereván.

La situación del Alto Karabaj ha sido un obstáculo para el desarrollo del sur del Cáucaso en su conjunto y ha bloqueado o condicionado distintos proyectos internacionales de comunicaciones y transporte energético, al tiempo que frenaba el desarrollo económico de Armenia. Rusia, Francia y Estados Unidos son copresidentes del llamado grupo de Minsk, que opera como plataforma de diálogo en el marco de la Organización para la Seguridad y la Cooperación Europea (Osce).

En la zona de contacto entre armenios y azerbaiyanos en el Alto Karabaj, las hostilidades continuaban según informaciones de las partes en conflicto, que en gran parte son contradictorias, confusas y difíciles de verificar. El Ministerio de Defensa de Azerbaiján anunció el domingo por la mañana un alto el fuego unilateral, que, sin embargo, implicaba la conservación de posiciones conquistadas a los armenios durante las hostilidades. Como era de esperar, Armenia no aceptó el alto el fuego basado en una alteración del status quo de 1994 y en la consolidación del avance azerí. Según el Ministerio de Defensa de Armenia, en el nordeste y sudeste de la línea de contacto entre armenios y azeríes tenían lugar encarnizados combates. Las principales refriegas se perpetraron en dirección a Talish, un pueblo en el distrito de Martakerski (a tres kilómetros de la línea de contacto).

La provincia autónoma de Nagorno Karabaj tenía una extensión de 4.400 kilómetros cuadrados. En virtud del alto el fuego de 1994, los armenios dominan además una franja de terreno azerí circundante con una extensión suplementaria de más de 7.634 kilómetros cuadrados, un territorio equivalente a casi dos veces la superficie de la antigua autonomía. Azerbaiján en su conjunto tiene 86.600 kilómetros cuadrados.

¿Provocación de Ankara?

Entre las hipótesis que barajan los analistas está la posibilidad de que Turquía haya provocado el incidente en una especie de "carambola" contra Rusia, animando por ejemplo a los azeríes a poner a prueba sus fuerzas, con la vista puesta en la reacción de Moscú. De ser así, esto supondría una respuesta indirecta de Ankara a la presencia rusa en Siria, ya que Turquía ve con disgusto la actividad bélica rusa en un entorno donde cree tener un papel privilegiado y desconfía del apoyo de Moscú a los kurdos.

La descongelación del conflicto de Nagorno Karabaj pone a prueba la alianza militar entre Moscú y Armenia, pues la zona de conflicto (oficialmente territorio de Azerbaiján, pero controlado de hecho por armenios) depende militarmente y económicamente de Ereván. Armenia no tiene relaciones diplomáticas con Turquía.

En una entrevista con el servicio ruso Sputnik, el ayudante de presidente de Azerbaiján en temas sociales y políticos, Ali Gasanov, manifestó que Bakú no está preocupado por la relación de Ereván con la organización del Tratado de Seguridad Colectiva (organización militar que vincula a Armenia y Rusia), porque "no se trata de una guerra entre Armenia y Azerbaiján" sino de "medidas de respuesta de las fuerzas armadas de Azerbaiján en relación a los territorios de Azerbaiján ocupados por las Fuerzas Armadas de Armenia".

"No amenazamos la seguridad nacional de Armenia, sólo aspiramos a liberar los territorios azerbaiyanos ocupados", subrayó Gasanov.

"Es posible que Turquía de forma encubierta empuje a Bakú a un conflicto militar con Ereván. Rusia está vinculada con Armenia por el tratado de Seguridad Colectiva y, en consecuencia, no puede quedarse al margen. De este modo, Turquía puede intentar involucrar a Rusia por medio de terceros en una nueva guerra, distraerla de la zona de sus intereses en Siria", manifestó el reconocido político ruso Grigori Yavlinski en un comentario publicado en su página de web.

Además, Turquía de forma encubierta puede desarrollar una actividad militar y política en otro frente, en Crimea, "estableciendo una cooperación con la comunidad tártara local", señaló Yavlinski.

Tropas en alerta y más muertes en territorio en disputa

Sin tregua. Azerbaiján puso a su ejército en alerta máxima y amenazó con atacar Stepanakert, capital del enclave pro armenio de Nagorno Karabaj, luego de que nuevos combates con tropas de Armenia dejaran ayer al menos 13 muertos, en un nuevo día de la mayor ola de violencia por ese territorio en disputa desde 1994.