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© DesconocidoOsama bin Laden, aliado de la CIA y la familia Bush
Recientemente se ha conmemorado el 6º aniversario de los atentados del 11-M en Madrid. Mi intención es invitar a la reflexión del lector sobre estos sucesos y su trasfondo político e histórico.

Zapatero, el PSOE, Rajoy, el PP, partidos fascistas y populistas como el MSR o Alianza Nacional, medios de comunicación como El Mundo o Intereconomía... todos vosotros, más o menos implicados, cometistéis el mayor atentado que ha conocido Europa, y como vivimos en el Estado en el que vivimos, le echastéis la culpa a los de siempre. Primero, a ETA, luego, a varios inmigrantes de origen árabe que eran, básicamente, mangantes de barrio, pequeños narcotraficantes, proxenetas o confidentes de la Policía, a los que acusastéis de pertenecer a una macro-red terrorista internacional, llamada Al Qaeda, de la cual me vais a permitir que dude incluso de su mera existencia como tal. ¿Y todo este paripé para qué? Para encubrir la verdadera responsabilidad de lo que sucedió el 11 de marzo de 2004 en aquellos trenes.

Para comprender mejor todo, es necesario remontarnos a los años 60. En plena Guerra Fría, la OTAN llevó a cabo un proyecto denominado Operación Gladio, por todos conocido. Esta operación subrepticia (o no tanto) estuvo financiada por gobiernos de la Europa occidental, que contrató a miembros de la extrema derecha (sobre todo en Italia) para cometer atentados dirigidos contra militantes de, principalmente, los partidos comunistas de los países donde actuaban. No olvidemos el atentado de la Piazza Fontana de Milán, que segó la vida en 1969 de 17 personas, o el de Bolonia en 1980, que dejó 85 víctimas mortales y 200 heridas.

Muy poca gente que la Gladio también hizo de las suyas en el Estado Español, primero de mano de grupos tardofranquistas como el Batallón Vasco Español (BVE), responsable del asesinato de, entre otros, el formidable comunista vasco Argala, miembro de ETA, en 1979. También prepararon, adiestraron y financiaron a los pistoleros que participaron en la infame matanza de Atocha, en la que cuatro abogados laboralistas, vinculados al PCE, fueron acribillados a tiros en su despacho madrileño en 1977, poco antes de la legalización de ese partido.

Vistos los antecedentes, no es de extrañar la participación de la Gladio en los llamados GAL, grupos parapoliciales financiados por el gobierno de Felipe González, formados por policías corruptos y pistoleros a sueldo que se dedicaban a perseguir y ejecutar, principalmente, a sospechosos de participar en ETA o de ser simpatizantes o afiliados de Herri Batasuna. Conocidos son los casos de Josu Muguruza, acribillado a tiros en las cercanías del Congreso de los Diputados, de Segundo Marey, persona totalmente ajena a la política secuestrada por los GAL y, por ende, por la Gladio, o de Santi Brouard, dirigente de HASI y HB y primer teniente de alcalde de Bilbao, asesinado en 1984 en su consulta de pediatría de Bilbao.

Conocidas las satrapías de la Operación Gladio en Europa, pocos días antes de los sucesos de Madrid de 2004, conviene analizar la situación internacional. Los EEUU y sus aliados, encuadrados en la terrorista OTAN, se encuentran inmersos en dos guerras imperialistas: una en Irak y otra en Afganistán. Las dos con la misma escusa: "combatir el terrorismo". Creo que es de recibo destacar cómo y en qué circunstancias surge Al Qaeda.

Al Qaeda, o su "germen", surge durante la Guerra de Afganistán, como grupo insurgente, financiado, como no, por la OTAN, la CIA y, posiblemente hasta el Mossad israelí, para combatir tanto a las tropas del Ejército afgano como a las tropas del Ejército Rojo que intervinieron en el país. La CIA estableció campos de entrenamiento para futuros muyahidines por todo Afganistán y uno de los principales socios capitalistas de este proyecto de adiestramiento militar no fue otro que el jeque saudí Osama bin Laden: cuya familia y la de George Bush mantenían fuertes lazos económicos.

Volviendo al tema central, en febrero de 2004 George W. Bush y su ejecutivo se encontraban en unos índices de popularidad situados en mínimos históricos y a 7 puntos de distancia en las encuestas de su adversario, el demócrata John F. Kerry. Días antes del 11 de marzo, la OTAN dio comienzo unos ejercicios militares que tendrían lugar en diversas capitales europeas, supuestamente, de "prevención antiterrorista". Entre estas capitales europeas se encontraba Madrid.

Durante esos ejercicios militares, los ejércitos de la OTAN tenían plena potestad para utilizar todo tipo de material militar en sus maniobras, todo ello con la connivencia de las autoridades locales. ¿Casualidad? Un día después, se produjeron los atentados de Madrid, que causaron 192 víctimas mortales y más de 2.000 heridos y afectados, convirtiéndose en el atentado más virulento de la historia de Europa.

Con estas palabras, mi intención no es sino la de invitar al lector a la reflexión, a que compare las palabras de los magnates políticos de uno u otro signo (que, a fin de cuentas, son diferentes caras de la misma moneda llamada PPSOE, como todos sabemos) y a que investigue para saber lo real de lo acontecido aquella mañana, y a que indague sobre la interrelación entre los atentados de Madrid, los del 11 de septiembre del 2001 en Nueva York y los del 7 de julio del 2005 en Londres.