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Un soldado estadounidense se declaró el jueves culpable del homicidio involuntario de tres civiles desarmados que estaban bajo custodia de Estados Unidos en Afganistán.

Adam Winfield, de 23 años, había sido acusado de asesinato premeditado y conspiración para cometer asesinato por las muertes de tres civiles afganos durante su misión en la provincia de Kandahar (sur).

Winfield, quien también se declaró culpable de un cargo de uso ilegal de hachís, se hizo responsable del cargo reducido de homicidio involuntario a cambio de su testimonio contra otros soldados acusados por la matanza.

El militar es uno de los cinco soldados acusados de asesinar a los civiles afganos para divertirse entre enero y mayo de 2010. Supuestamente luego plantaron evidencia en los cuerpos para que pareciera que las víctimas habían atacado a los soldados primero.

Otro militar de la misma unidad con sede en la Base conjunta Lewis-McChord (cerca de Seattle), el soldado Jeremy Morlock, fue sentenciado en marzo a 24 años de prisión. Otros siete militares fueron acusados de encubrir la matanza.

El soldado admitió ante el juez del tribunal militar, coronel David Conn, en una corte en el estado de Washington (noroeste), que sabía que estaba cometiendo un crimen y no fue capaz de evitarlo.

"Tenía los medios para evitar que esto ocurriera, señor, tenía muchas opciones ese día, señor, para tomar las medidas necesarias", dijo Winfield.

"Fallé porque tenía miedo, señor", dijo al explicar que temía represalias de su superior, quien supuestamente lo amenazó de muerte si ventilaba lo sucedido.

El joven se enfrenta a una sentencia máxima de 17 años de prisión.