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Los resultados son coherentes con las observaciones de inviernos más fríos en Europa del Norte y en Estados Unidos, junto a inviernos más templados en Europa del Sur y en Canadá.

Las variaciones de la actividad del Sol tienen un impacto en la meteorología, en especial del hemisferio norte, y la inclusión de este fenómeno en los modelos climáticos podría mejorar las predicciones sobre el calentamiento global, sugiere un estudio publicado ayer en Nature Geoscience.

Según numerosos expertos, esta variación que sigue un ciclo de unos 11 años, sería junto a los volcanes una de las principales fuentes naturales del cambio climático, en paralelo con el calentamiento provocado por las actividades humanas.

Pero por falta de instrumentos adaptados, el vínculo entre el ciclo solar y la meteorología no ha sido formalmente demostrado.

Para acabar con la duda, un equipo de meteorólogos británicos, dirigido por Sarah Ineson, analiza los datos más recurrentes sobre las radiaciones ultravioletas del Sol, entregadas por satélites.

Los resultados son coherentes con las observaciones de inviernos más fríos en Europa del Norte y en Estados Unidos, junto a inviernos más templados en Europa del Sur y en Canadá.

Referencia: estudio original (en inglés): Nature Geoscience